El papá de Juan salió al jardín y vio a su hijo amarrado a un árbol con una cadena y un candado.
–Juan, ¿qué hacés atado?
–Es por si viene un tornado.
–Pero ¿sos chiflado? ¡Si es un día soleado!
–Por allá está un poco nublado...
–Dale, no seas tarado y ayudame a hacer el asado.
A pesar de todo, el papá de Juan se quedó preocupado. Mientras trinchaba chorizos, pispeaba con el rabillo del ojo el firmamento azulado.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado
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