También era un juego de verano porque todas las mantas estaban en lo alto del placard, y no puestas en las camas.
Hoy se usan menos mantas y más acolchados, o edredones. Habrá que revolver, las mantas nadie las tira.
El calor llegaba a ser algo que sólo un chico puede disfrutar, pero vamos a darle una segunda oportunidad. Puede ser que convertidos en capullos nos calmemos.
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