La realidad es mucho más simple: es una cuestión de ser generoso o tacaño, dar o retener.
Cuando me preguntan cosas que están escritas en algún lado, cuando me preguntan cosas que ya se dijeron, me siento directamente bolsiqueado.
No hay forma educada, o amable de responder a alguien que vaya a buscar lo que está preguntando, sobre todo si uno ya arranca enojado porque te quieren sacar tus tesoros.
Madurar es aprender a valorar tu tiempo lo suficiente como para aceptar que aprender de otros es más rápido y sirve.
Luego, se sigue que para algunos es útil y necesario que uno explique.
Por qué, no hay por qué.
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