Es esto, o aprender a convivir con la insatisfacción, y la insatisfacción es la consecuencia del deseo. Así, el deseo sólo nos lleva al engaño porque no lo soportamos.
Si el deseo pide llenar un vacío, la magia muestra que donde no había nada por aquí, nada por allá, se puede sacar un conejo. Que no estaba ahí antes, ni después.
Porque lo sacamos.
La magia hace que todo siga igual, parece. Igual? Ahora estaremos engañados, pero soportamos el vacío, sabiendo que algo le podemos sacar.
Y ahora sólo queda saber donde poner el conejo.
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