Foto por Juan Pablo Luppi, |
Desconfío frente a estas cosas. Algunos piensan que es porque no creo en nada, pero no es así: ¿cómo no voy a creer que el extracto de una planta pueda tener efecto? Preguntenlé a Sócrates. Es solo que, citando a Tim Minchin, la mayoría de estas cosas o se ha demostrado que no funcionan o no se ha demostrado que funcionen.
Mal de mi parte: puro prejuicio, supongo. Uno más cegado por la ciencia. Entonces, para curarme en salud elijo una página al azar: una hierba china, poligonácea ella, buenísima para tantas cosas que no se pueden contar. Entro en Pubmed a ver qué estudios apoyan esas propiedades que dicen.
A favor: un review chino que dice que se usa, sin mayores aclaraciones. En contra: los estudios de las personas que entran al hospital con hepatitis causada por el hierbajo.
Me imagino el juicio que le harían a un libro de medicina que no hablara de los efectos secundarios de los remedios. Pero seguramente habrá un lugarcito en la enciclopedia que dice que consultes a un médico, que no son sustitutos de medicamentos, etc.
Un servidor, mientras tanto, se apegará al poster de Mulder: quiero creer. Pero denme con qué.
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