Construir es así de caprichoso. ¿Cuándo? Hoy. Ayer. Cuando dé la gana. ¿Dónde? Acá. Allá. Donde dé la gana. ¿Cómo? Así. Asá. Como dé la gana. Y entonces, el visitante ocasional de este blog, caprichoso (blog y visitante), recorría preguntándose por qué acá y acullá hay textos debajo de las imágenes, y aquí y acullí, la imagen pelada. Y se respondía a sí mismo que un blog también es una construcción caprichosa, que no hay razones: solo tiempo y espacio para ser recorridos, entregarse al azar prefigurado, entregarse al destino y la suerte. ¿Qué es necesario? Precisamente, eso: una pregunta. Las respuestas solo están ahí a la espera... como piedras en un camino, como cubitos de queso que el gato le pone al ratón para que avance.
Construir es así de caprichoso. ¿Cuándo? Hoy. Ayer. Cuando dé la gana. ¿Dónde? Acá. Allá. Donde dé la gana. ¿Cómo? Así. Asá. Como dé la gana.
ResponderEliminarY entonces, el visitante ocasional de este blog, caprichoso (blog y visitante), recorría preguntándose por qué acá y acullá hay textos debajo de las imágenes, y aquí y acullí, la imagen pelada.
Y se respondía a sí mismo que un blog también es una construcción caprichosa, que no hay razones: solo tiempo y espacio para ser recorridos, entregarse al azar prefigurado, entregarse al destino y la suerte. ¿Qué es necesario? Precisamente, eso: una pregunta. Las respuestas solo están ahí a la espera... como piedras en un camino, como cubitos de queso que el gato le pone al ratón para que avance.