RoboClock by Tama Leaver |
—Eso es todo.
—Serían veintiocho con cincuenta.
—"Serían" no. Son.
Así, sin una sonrisa. Corrigiendo. El tipo paga, se va.
Internamente, confieso, lo acompaño: siempre pienso eso frente al "sería". Y también: me molesta que los mozos (más bien las mozas) me digan "dale" como si estuviéramos discutiendo juntos lo que vamos a comer. Y que las que atienden los negocios en Rosario me digan "flaqui" o "gordi", según de qué lado del sobrepeso decidan que estoy. Y que el verdulero me diga "papá".
Pero a ese tipo quejoso lo llevo dentro de mí y ahí lo dejo. No veo por qué compartirlo con el resto del mundo.
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