Los soldados: toda la vida se pintaron la cara para el combate. Sólo desde que ser militar es un oficio de tiempo completo se impuso la cara lavada y sin barba. Porque la barba se convirtió en privilegio de los jefes máximos. Pero los hombres siguen añorando ponerse cosas en la cara.
En los años noventa había una división: los modernos se ponían Angelface y los Darks sombra de ojos. A las chicas las excitó siempre pintarnos, eso les daba un nivel de intimidad superior a cualquier otra cosas que se pudiera hacer en público.
¿Y por qué habría que maquillarse ahora, cuando nadie debería salir a la calle? Porque todas nuestras apariciones son digitales. Todo se transmite y registra. Los encuentros privados son a cielo abierto. Todo se traduce en información que es botín de guerra.
Y si hay guerra, mejor salir pintado, no sea cosa que a uno lo confundan con simple tropa.
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