90 palabras de yapa
Entro al bar y Mario me saluda con esa melosidad que no sé si es exclusiva hacia mí o parte de su trato general hacia los clientes. Me pregunto si es gay; creo que no. A primera vista parece amanerado, pero al conocerlo encuentro que esa no es la palabra adecuada. Mario es untuoso. Como el aire del bar, está impregnado de café y azúcar. Trazamos dos líneas zigzagueantes a través del bar, yo desde la puerta, él desde la barra. Llega a la mesa justo para ofrecerme la silla.
Qué lindo! La música le queda especialmente bien a la yapa. Casi pueden verse los cuerpos esquivando sillas al compás.
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