jueves, 18 de junio de 2015

Día de perder el hilo

Longleat Maze
Longleat Maze via photopin (license)
Desde la entrada el pasillo se bifurca, se trifurca, se ene-furca y retuerce como el rabo de un toro furioso. El Minotauro campa allí, en el número astronómico de caminos posibles, invulnerable.
Llega Teseo, ovillo en mano, y ofrece el hilo al monstruo.
—No importan las bifurcaciones, los giros, los caminos que no tomé. Al mirar atrás, el recorrido es uno solo.
El Minotauro baja la teztuz, avergonzado, y se rinde.

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