jueves, 30 de abril de 2020

Mirar porno

Todo el mundo ve porno en algún momento de su vida. La pornografía está presente desde que el primer cavernícola frotó una piedra en la pared de la cueva. Por supuesto que lo primero que vamos a buscar son esas cosas que "no puede ser que alguien haga eso". Y sí lo hace.
No hay prácticamente nada que no se haya usado como rubro para la pornografía. Foucault decía que en Sade se ejemplificaba cierta necesidad de agotar la combinatoria que permitía el cuadro de la representación clásica, en un despliegue inaugurado por el Quijote.
Al margen, Foucault nunca entendió un pito del Quijote si creyó que Cervantes se ciñe en algún punto a la representación, como puede que lo hiciera el Marqués libertino.
Entonces, la pornografía ¿opera más allá de la representación? El auge de las producciones "amateur", las "webcams" y demás, que intentan devolver la eficacia de la inmediatez podría apuntar en esa dirección. Pero nuestras ideas son como las pijas de los actores porno, siempre apuntan hacia el agujero más próximo.
Tal vez alguien encuentre alguna vez filmada su propia fantasía, yo tiendo a creer que no nos ponemos en los detalles, que nos basta con ver gente cojiendo.

miércoles, 29 de abril de 2020

Romper una taza

Cuando estás apurado, cuando estás medio dormido, cuando estás enojado, te pasa. Cuando la sacás de la alacena, cuando la estás lavando, cuando la vas a guardar. Los puntos a lo largo del tiempo y el espacio en que nuestra discapacidad puede interceptar la historia de una pieza de vajilla son innumerables, se multiplican con exuberancia fractálica.
No sorprende que el pensamiento mágico intente conjurar esta amenazante incertidumbre precipitando la rotura de manera voluntaria, rompiendo la loza en rituales típicamente festivos.a
Es la manía. La omnipotencia "te vas a romper cuando yo quiero".
También hay gente que pretende enfermarse a propósito. Harían mejor en romper una taza


martes, 28 de abril de 2020

Leer historietas

Estoy seguro de que el prejuicio de ver a las historietas como un género menor ya debe haber desaparecido. De hecho, gracias a una tarea escolar me vengo a enterar que ya se clasifican como un tipo de libro entre otros. Bien por las historietas. Y no está de más aclarar que la condición de ARTE no la deben al cómic ni al manga ni a la novela gráfica. Las historietas lisas y llanas son arte, como es arte el Quijote, cuya única intención era entretener.
Lo único que sostiene el prejuicio, ya desaparecido, es la idea de la obra de arte como un objeto único e irrepetible. Una concepción que arranca allá por el renacimiento, o antes, cuando las obras de arte empiezan a ser objetos a adquirir por quienes tenían dinero sufciente.
Es curioso que por la misma época, apenas después de Leonardo, aparecieran las imprentas, escupiendo libros al por mayor. La posibilidad de producir en mayor escala objetos resalta el valor de las obras realizadas por única vez, y del trabajo llevado a cabo con técnicas secretas, propias de iniciados.
Otras ramas del arte, como la música, estuvieron en cambio siempre ligadas a la repetición, cuanto más fiel más apreciada. Y esto nunca fue un obstáculo para que las canciones se compraran y vendieran.
Por más que las historietas hoy puedan ser objetos de colección, ello es consecuencia de su misma condición perecedera, y también el arte moderno tiene ejemplo de obras perecederas.
Entretener, sí que es algo vital.

domingo, 26 de abril de 2020

Usar la ropa al revés

Mi vieja -todas las viejas- decía que si te ponés la ropa al revés es porque vas a recibir un regal. Por supuesto que no funciona si uno lo hace a propósito: ya probé. También parece que era indiferente que quede lo adelante para atrás, o lo de adentro para afuera.
Ahora, el verdadero regalo es la sensación de transgresión pavota que produce andar con la ropa al revés. En esto sí que se sienten diferencias.
Con la ropa puesta de atrás para adelante, además de incomodidad, hay un sentimiento de broma escolar, una payasada de entrecasa. O también, después de un rato, se siente uno como un cómico en el entreacto, consciente y a la vez desentendido de su caracterización.
La cosa cambia radicalmente cuando se tiene la superficie exterior de la tela en contacto con la piel, esa que normalmente está expuesta a la intemperie, y vice versa. es prácticamente lo mismo que andar desnudo por la vida, y ahí está lo más excitante.
¿O será el simple hecho de hacer las cosas al revés?¿Será como ponerse ropa interior del sexo opuesto? Algo parecido, pero es una inversión autosuficiente, autoerótica. Como si el sexo de uno mismo tuviera su propio lado opuesto. Bueno, tiene el otro lado puesto.

sábado, 25 de abril de 2020

Descongelar la heladera

Alguna explicación científica de por qué las heladeras apestan tanto cuando pierden el frío? Para mi que las bacterias se aguantan el frío sin reproducirse sólo para vengarse resentidas en cuanto la temperatura sube por encima de quince grados.
Cuando me recuerdo que de chico raspaba la escarcha del congelador con una cuchara y la comía, me dan arcadas. Parece que la evolución es un camino irreversible de acumulación de ascos.
Antes no pensábamos que fuera peligroso tocar un picaporte, ahora salimos con trajes de astronauta.
Quién dice venga después una epidemia de cólera y se ponga de moda en el mundo usar el bidet.
Y así, de peste en peste, cada día nos aislamos un poquito más. Es como para preguntarse si empezamos a usar ropa por el frío o para tapar la mugre.
Si hoy tuviéramos que comer carne colgada durante días de un gancho, protejida de las moscas por un alambre tejido, nos haríamos vegetarianos. Y no es que antes la gente venía mas resistente: se morían más de estreptococos, la mitad de los niños no cumplían cinco años. Esto fué normal hasta antes de ayer.
Ojo que toda evolución tiene su contracara, cada progreso engendra una corriente retrógrada, como los gourmets que comen la carne "curada", es decir, abombada.
Seguro que debe haber algunos almacenando queso durante años sin descongelar la heladera.

viernes, 24 de abril de 2020

Hacer una torta

Es viernes! A comer! Ok, todavía no. La repostería es un género sobrevalorado. Las recetas tradicionales son como el Angel Food que hizo una vez Blanca Cota: después de hornear con más cuidados que una terapia intensiva una masa que precisa tamizar la harina doce veces, un invitado le dijo que parecía miga de pan. Por eso dije que la hizo una vez, no lo repitió.
Mejor comprar una torta loca en el chino, una mousse de cajita para rellenarla y agregarle el chocolate que picamos ayer.
Eso o chocotorta, que algunos quieren excluir porque no se hornea... Una estupidez: ese trabajo lo hace el horno.
Será una torta fácil, pero más fácil era tu abuela, o qué.

miércoles, 22 de abril de 2020

Salvarse raspando

No hay forma de ganar sin arriesgarse, esto se nos repitió suficientes veces. Ahora que para estar mínimamente tranquilo haya que meterse en berenjenales y camisas de once varas es cosa que no tiene explicación lógica, y sin embargo ocurre.
Y qué postura tomar? Podemos confiar en las recomendaciones de quienes ya superaron la prueba una y otras vez? Saben los expertos que deben su éxito cotidiano más al azar que a su exeriencia?
Se cae en la ilusión de "safó muchas veces, debe tener un sistema" y no se ve que "siempre se metió en líos, nunca aprende".

lunes, 20 de abril de 2020

Seguir tu nariz

El olfato, tal como los otros sentidos, se puede desarrollar o embotar. Mejor aún: como todas las funciones, se pueden desarrollar o atrofiar. Nosotros sólamente nos ocupamos del olfato en un sentido comercial, decorativo. Lo usamos para refinar nuestra gastronomía y nuestras bebidas alcohólicas.
Qué se hizo del olfato como instumento de investigación química? Todavía hoy, cuando la gente se imagina un análisis químico, piensa en un aparato mágico donde ponen la substancia desconocida y te tira la composición química, siguiendo el modelo de la identificación por el olor que se usaba antes de que existierasn reactivos y espectrografía de masas.
No sólo tenemos nariz para saber quiénes son nuestros amigos o quien nos quiere cojer, eso es un uso secundario.
 El olfato es un sentido de supervivencia, nos dice qué cosas no comer, nos dice qué pié se gangrenó y hay que amputar.
O que esa botella tiene lavandina y no limonada.

domingo, 19 de abril de 2020

Madrugar

Para muchos es parte de la rutina, algunas veces normalizada, otras padecida. Hasta hay un montón de gente que defiende las ventajas de levantarse antes que el sol.
Seguramente hay una mutación genética que te hace madrugador, pero eso no importa acá.
Hay una vivencia que corresponde a salir, tener que salir, de casa al trabajo o la escuela cuando todavía es de noche, caminar por las calles sombrías, esperar un colectivo adivinando las luces del tránsito, viajar mientras el cielo se aclara de a poco. Cuando pasa esto, es como si el resto del día quedara manchado de noche.
Pero hay otras madrugadas, que tampoco son las que se encuentran esperando despierto. Son los dían en que uno arranca antes de hora porque quiere, porque sin necesidad puso el despertador a las tres y salió a ese mundo a contrapelo que comparten los repartidores de diarios y las panaderías.
Algo así se hace un par de veces en la vida, si no se arruina.

sábado, 18 de abril de 2020

Envidiar al vecino

El vecino invitó gente. En vecino pone música. El vecino coje de día. El vecino fuma porro. El vecino discute. El vecino se va todo el fin de semana. El vecino tiene un perro. El vecino tira cuetes. El vecino está loco. El vecino es aburrido. El vecino manda fruta. El vecino es una puta. El vecino no hace nada. El vecino anda en moto. El vecino fuma pino. El vecino arruina el planeta. El vecino es proxeneta. El vecino es empresario. El vecino es bancario. El vecino es funerario. El vecino toca la guitarra. El vecino me dejó una notita. El vecino quiere que suba. El vecino tiene olor. El vecino votó a favor. El vecino vive del aire. El vecino tiene un yate. El vecino tiene hambre. El vecino vive solo. El vecino no da bola. El vecino es un pajero. El vecino mató un perro. El vecino tiene todo el muy hijo de remil putas.

viernes, 17 de abril de 2020

Cambiar la contraseña

Horror, otra vez a cambiar la contraseña. Por supuesto, hay que hacerlo a los pedos porque justo tenías que entrar a las apuradas a hacer un trámite impostergable, cuanto te corta el mambo un cartelito botón que te obliga a inventar de la nada una contraseña,que no puede tener menos de diez caracteres, incluir un letras y números, mayúsculas y minúsculas, no puede incluir tu fecha de nacimiento, ni tu número de teléfono, ni puede ser ninguna de las anteriores.
Señores! Qué estupidez! Miren el gol de Maradona a los ingleses ¿cómo los esquiva? corriendo derecho!! Porque cuando tenía que cambiar, no cambió, y ahí está la evasión, el camuflaje, la finta: no en hacer algo distinto, sino en hacer algo inesperado.
Qué se necesita para acceder a una cuenta personal? Comprobar que uno es el mismo. Los sistemas deberían enfocarse en reconocer la identidad, en lugar de una clave cambiante.
Maldita alteridad.

jueves, 16 de abril de 2020

Sacar cuentas

Las cuentas son tan simples como tediosas. Dejando aparte a una minoría de personas que realmente disfrutan de la aritmética, ordenar cantidades una tras otra comporta un fastidio acumulativo.
Se piensa que es un problema con la didáctica escolar, que por rudimentaria nos predispone desde un principio contra las columnas de cifras.
La que sí es cierto es que, en general, la enseñanza de las matemáticas, y de casi todas las disciplinas, se ha encomendado a quienes mejor las practican. Es decir a los amantes de las matemáticas, esos monstruos, se les pide que imaginen formas de interesar a las mentes normalese n eso que para ellos es un objeto de interés per se.
Pero desde que lo mismo pasa con todas las disciplinas, no sirve para explicar la aversión casi universal por el álgebra.
La verdadera clave está en la historia de Galileo: Galileo fué el que dijo "la naturaleza está escrita en caracteres matemáticos". Hoy es un lugar común, al punto de que no nos horroriza semejante paradoja. Lo real articulado esencialmente en base a unos simbolitos que no significan nada.
Ocuparse de esas marcas que son como el tejido de lo real es, para nuestra mente, lo que para nuestras manos recoger los restos de comida remojada de la pileta de lavar los platos.
No me extraña que quisieran quemar al atrónomo.

miércoles, 15 de abril de 2020

Dar malas noticias

Por qué cuesta dar malas noticias? Porque siempre matamos al mensajero. Así que no sirve preparar nada, sobre todo cuando antes de empezar a hablar, ya está todo dicho.
La única razón para hacer esto es prevenir mayores daños. La única razón noble, ahora que lo pienso, ya que también se puede hace por sadismo.
Así que la situación es la del adulto responsable que tiene que llevar al niño a vacunar: sabe que le causará un sufrimiento, pero también asume que es una decisión no negociable.
Siempre es bueno convidar un caramelo después del mal momento.

Ensayar un discurso

Ensayar frases ante un espejo es una imagen que pertenece a las películas, en especial a las películas norteamericanas. Es imposible saber si estas ficciones reflejan algo acostumbrado por la gente que retratan, o si la costumbre se fué modelando con el cine. Pero lo seguro es que uno tiende a creer que es algo propio de una sociedad donde se valora la apariencia y la ceremonia. No precisamente que tengan la vida ritualizada: más bien parecen querer llegar a ritualizar su vida, como que admiran a las culturas que lo han logrado.
Esto también explica la sobrevaloración del fetichismo. Algo que siempre fué considerado marginal, raro, artificioso, se ha convertido gracias al séptimo arte en una forma idealizada de sexualidad, una especie de grado superior del erotismo. Ese el el sentido que toma la expresión "cumplir una fantasía": significa literalmente, practicar algún número del repertorio libertino.
Si bien hablar es una forma de contacto, y seguramente en cada acto de habla se juega una porción, pequeña pero indispensable de excitación sexual, para hablar en una ocasión especial de forma efectiva, nosotros tenemos otros métodos. Nosotros queremos que esto sea espontáneo.
Para eso le pedimos al psicólogo que nos ayude a superar nuestras inhibiciones, participamos en talleres para conectarnos con nuestras emociones, aplicamos la meditación para estar en armonía. Rechazamos lo artificial, lo preparado, todo aquello que represente una discontinuidad, una doblez en nuestra persona. Nuestras acciones deben ser ante tono el testimonio de nuestra unicidad, nuestra identidad con nosotros mismos.
Nos esforzamos tanto en esto, que tal vez no sea tan terrible en comparación, simplemente ensayar unas palabras, aprenderlas, repetirlas y agregarles matices, y hacer el numerito.

lunes, 13 de abril de 2020

Plantar una semilla de palta

Vamos, ya saben como se hace: se clavan cuatro escarbadientes en el carozo de palta y se apoya en el borde de un vaso con agua. Es la versión HD de la germinación del poroto. Todo es más grande: la semilla, la planta resultante, y el tiempo que se le presta atención.
Pero la mejor diferencia es todo lo que viene atrás, porque para plantar un poroto uno va y compra porotor, así nomás. Pero para plantar una palta, hay que comer una palta. Si la canción dice que para destruir hay que hacer, acá para crear hay que consumir.
Uno está tentado de dividir toda la botánica en semillas que son comida, y semillas que tienen comida. Con las primeras hay que ser ahorrativo, son pasto de los acaparadores, entrañan una filosofía de vida conservadora. Con las segundas, hay que ser voraz y pantagruélico: precisan un espíritu exuberante y derrochador.
No por nada la palta es una fruta americana.

domingo, 12 de abril de 2020

Sacar una foto

Hace rato que sacar fotos se volvió para muchos parte del lenguaje gestual. Las fotos circulan multiplicadas a la enésima potencia. Para muchos, que no para todos, son el comentario cotidiano y el intercambio fundamental con el mundo.
Al mismo tiempo, vengo notando que puestos ante el dilema de hacer algo con su tiempo libre, la respuesta más frecuente es "un curso de fotografía".
Al margen del señalamiento posible, y válido, de que el planteo de hacer algo con el tiempo libre -como si fuera un objeto mueble, o un chirimbolo que se guarda en un cajón- ya es un punto de partida destinado a irse a los caños, la respuesta es ubicua.
De repente todo el mundo quiere ser Clint Eastwood en Los Puentes de Madison? Debemos culpar al Arte, más que a las TICs?
Admitámoslo: el sueño del pequeño burgués (que no es la misma persona que el pequeñoburgués) es vivir la vida del artista, o más bien, vivir una vida que sea una fiesta de artistas.
Günter Grass definió las fiestas de artistas como un lugar "donde los burgueses juegan por un rato a ser artistas"
Desde la posguerra en Düsseldorf al click de una cámara reflex, la fiesta sigue siendo la misma.

Buscar segundas intenciones

Aunque parezca lo contrario, los psicólogos no estamos muy preparados para leer segundas intenciones. De hecho, a lo que menos atención le prestamos es a las "intenciones", sabemos que son lo más errado respecto de la verdadera causa de sus problemas.
Por otro lado, las famosas "interpretaciones" nunca son del tipo "mensaje secreto", ni mucho menos "leer el pensamiento".
Si algo se lee en una interpretación es otro pensamiento, otro hilo entretejido con el normal.
Las segundas intenciones son otra cosa: pura malicia. Y hay algo particular: las segundas intenciones son siempre idénticas, son una sola  y constante. Y no guardan ninguna correlación con sus manifestaciones.
Algunas personas tienen facilidad para registrarlas, otras personas las ven en todos lados. Una vez planteada la sospecha, es imposible de borrar, por aquello de la falta de correlación.
¿Es preferible la suspicacia, o la ingenuidad?
Lo que es preferible SIEMPRE es poder optar, no ser esclavo de una actitud.
Hace algo de manera voluntaria ayuda a no hacerlo de manera involuntaria.

viernes, 10 de abril de 2020

Afilar un palo

Cuentan que un día, estaba el Monito en la selva, sentado sobre una piedra, afilando un palo.
LLegó el Carpincho, que andaba de paso, y al verlo le preguntó:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y el Carpincho siguió su camino. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato pasó el Búho, y al verlo le preguntó:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y el Bhúo siguió su camino. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato pasó la Comadreja, venía apurada, pero se paró a preguntar:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y la Comadreja siguió su camino. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato vino la Hormiga, que se enteró por el Búho, a preguntar:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y la Hormiga se volvió al hormiguero. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato pasó el Yacaré, y medio para cacharlo preguntó:
-¿Qué estás haciendo, Monito?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y el Yacaré se alejó al trotecito. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato pasó el Pato, y al verlo le preguntó:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y el Pato se volvió preocupado a la laguna. Y el Monito siguió afilando el palo.
Fué pasando el día y los animales de la selva pasaban y preguntaban. Y el Monito seguía afilando el palo.
Como para la tarde llegó el León y con tono despreocupado le preguntó:
-¿Qué estás haciendo, Monito?
-Boludeces.

jueves, 9 de abril de 2020

Tracy Chapman

Cuando escuchás a Tracy Chapman por primera vez te preguntás si es un hombre o una mujer. Después escuchar lo suficiente te enamorás y te seguís preguntando quién es. Es una amazona capaz de hacerte su esclavo a fuerza de ternura? Es un Dioniso irresistible y despreocupado?
Al final terminás averiguando, pero no importa, porque en tu fuero interno, lo que cuenta es que no pudiste ni podrías jamás descubrirlo por su voz.


miércoles, 8 de abril de 2020

Agachar la cabeza

Siempre que me hablan de lenguaje corporal me repliego en mi escepticismo. La verdad es que no creo ni una palabra de toda esa empiria acumulativa, porque, sin dudas, el lenguaje corporal es mi punto débil.
Por más que me repita que los miopes siempre andamos encorvados, la verdad tiememucho más ver con la atracción que me genera el piso al caminar, y mi propio cuerpo y mis manos mientras divago.
En la escuela nos marcaban mucho el tema de la postura, era mil novecientos ochenta, y la pedagogía moderna convivía con las bajadas de línea dle gobirno militar. Se formaba tomando distancia, hacindo derecha dré, firmes y de frente march. El pelo corto: no debía hacer colchoncito ni tapar la nuca (teníamos un compañero al que por excepción dejaban llevar el pelo crecido: un accidente con aceite le había dejado manchones lampiños en el cuero cabelludo).
La salida era un momento apoteósico, se suponía que marcábamos el paso con esos zapatos escolares de taco de goma, y el director, el Profesor Juan Carlos Gaudio, nos iba dando las órdenes y nos alentaba a marchar "bien derechitos, con la cabeza en alto". Gaudio era tenebroso, recorría los recreos con un libro negro donde apuntaba los castigados, pero de ahí a que los chicos se tomaran tan a pecho eso de levantar la cabeza hasta caminar directamente con la pera hacia arriba... qué ridiculez.
Desde ahí nunca pude pararme derecho aunque quisiera, siempre tengo que agachar la cabeza.

martes, 7 de abril de 2020

Recortar papelitos

Hace mucho encontré -creo que en una revista HUMI- un truquito que se trataba de hacer, en una hoja de papel glacé, un agujero tan grande como para pasar por él. Algo así como la solución de la paradoja del camello y el ojo de la aguja, al alcance de una tijerita escolar.
La solución es fácil: se corta una especie de zig zag para que el papel de despliegue como una guirnalda, al igual que con los farolitos chinos.
Cuando lo ví, ya conocía la banda de Moebius, y el agujero extensible me pareció infinitamente superior. Qué hace la dichosa bandita? Es un aro, que si lo cortan sigue siendo un aro, gran cosa: es un ocho.
El papel desplegable hace que un chico o un adulto atraviese un papel glacé: es un portal. Así es como gracias a una manualidad editorial, un chico de nueve años llega a considerar la textura de la materia, la porosidad del espacio. Así entendí que una hora puede durar una tarde, pero que a veces un rato no cabe en un domingo.
Así se entiende que la creación ex-nihilo es una posibilidad, a condición de que lo creado sea el negativo de lo dado.
Así se prepara uno para aceptar que lo más importante, lo que cuenta del ser es el vacío que funda su desarticulación.
Papel y tijera.

lunes, 6 de abril de 2020

Rodar y rodar

En el piso, cual gusano. Arrastrándose de un lugar a otro. Arrastrando el polvo y la pelusa al avanzar. Desde abajo ver crecer las horas, sin hacerse de un motivo. Sin tomarse la molestia de pedir una mano que nos libere el camino. El día se perdió y fué mejor que haberse preocupado. El día ya pasó y no hay que lamentar, nada se rompió.
Rodando sin parar, es difícil darse cuenta de que todo estuvo en su lugar

domingo, 5 de abril de 2020

Exabruptos

Estamos solos? No! Estamos rodeados. Vemos esos videos filmados con drones volando por lugares icónicos, ahora desiertos, libres de presencia humana, y nos volvemos a nuestras propias ventanas con envidia: por la esquina dobla una vieja con changuito interumpiendo la epifanía, en aquel semáforo para un fletero desacralizando la paz del domingo, en el balcón de enfrente el señor de musculosa manda la mística al rincón.
Ahora, somos necios: damos la espalda al mundo real sólo para zambullirnos en la cháchara de las redes. Ahí sí que es nadar o hundirse. Pero el ir y venir frenético de sentidos personalísimos y comunes no nos tiene que preocupar, lo verdaderamente mortífero son las corrientes profundas y pregnantes de consensos morales.
De repente todos sabemos qué hacer, y por más que estemos en un oasis de impotencia, no hay circunstancia histórica más nefasta que un montón de gente segura de estar de acuerdo respecto a qué hay que hacer.
Acá es donde veo con alegría que un recurso muy común de la gente psicópata nos va a salvar la vida.
Una forma muy simple de disentir y salirse con la suya, sin tener que abrir debates bizantinos, ni arrastrarse inútilmente sobre posiciones transaccionales, es el exabrupto. Es una forma de violencia simbólica, que se refugia en el supuesto de que las pasiones te vuelven inimputable.
Todo el mundo queda amoscado, pero en realidad nadie puede contestar un exabrupto sin descolocarse más, sólo pueden esperar en silencio que pase el mal trago.
Si uno insiste, al final la gente te evita, y así se gana la ansiada libertad.
Como el oso ¿Alguien vió un oso con buenos modales?

sábado, 4 de abril de 2020

Ponerle sazón

Uno empieza de a poquito, con un poco de pimienta, con ají molido, un poquito más cada tanto. Cuando se da la oportunidad hay que animarse a un ají de verdad, un locoto, un cacho-cabra, unos jalapeños... Es como la elongación: sin lastimarse pero tomándole el gusto al dolor se superan límites inimaginables.
¿Estoy militando el picante para que tengamos el paladar de los mexicanos? Tal vez...
¡Qué rico es el picante! ¿Cómo llegamos a adquirir ese gusto? Obvio que el cultivo y la selección habrán magnificado las propiedades de los picantes, pero tuvo que haber alguien en algún lado que probó algo picoso y no sólo lo toleró, sino que quiso más. Se sabe que los europeos se mataban por la pimienta, y la gastronomía americana se basa en el maíz combinado con todas las variedades de ajíes y tomates, o la papa y el ají, que son plantas de la misma familia.
Seguramente los empezaron a comer porque era lo que había, con muchas comidas pasa eso. O también puede ser que lo usaran para calmar el hambre cuando la comida era poca...
Hay sensaciones que es preciso aprender a percibir en su mínima expresión, como el sonido, para poder apreciarlas, y hay placeres que sólo son accesibles si superamos alguna resistencia, como el sabor.


viernes, 3 de abril de 2020

jueves, 2 de abril de 2020

Comer pan y queso

A estas alturas, quedan pocos lujos accesibles de manera responsable. Como en las cárceles, con suficiente plata todo se consigue. Esta certeza empuja en algunos el desprecio por la prudencia y la cautela.
Nosotros que sabemos que no es así, que conocemos los límites del poder del dinero, o que tenemos un limitado poder adquisitivo, tenemos en cuenta la realidad y no buscamos heladerías ni reñideros de monos. Como tampoco somos partidarios del ascetismo, y no creemos que se extraiga ningún valor moral de la privación en sí, queremos sentirnos bacanes aún en medio de la peor conflagración.
Bacanes y por qué no privilegiados.
Hay varias maneras de lograr esto, no demasiadas, pero sí suficientes como para darle un toque personal. En este caso, algo que parece tan básico, y elemental, se convierte gracias a la debida apreciación, en un ritual de sibarita.
Cada uno tiene su versión preferida, ya sea el pan cascarudo que sólo hacen las panaderías antiguas, o la crujiente baguette, los criollitos que desparraman migas, o hasta esos panes hippies de masa madre. Y los quesos, suaves, picantes, duros o cremosos. Cada pan y cada queso es una masa orgánica, aromática y tectónica particular por separado. En cada bocado se hace magia.
Un lujo.