lunes, 30 de noviembre de 2020

Hablar por telefono

¿Se acuerdan cuando hablábamos por teléfono? Ahora que ya no se hace más, se puede sentir lo raro que era. La verdad es que cada vez que me toca, es como comer verduras de postre. Pero no queda otra, si nos tuviéramos que manejar con lo que podemos decir cara a cara, o con puros textos, la gran máquina explotaría. El mundo que conocemos se volvería de golpe un lugar decididamente peor.
Porque hay que ponerse de acuerdo de alguna manera, y las personas no se quieren poner de acuerdo si no es por el oído. Hasta se considera muy mala conducta terminar una relación de pareja "por mensaje", como si hubiera algo más que transmitir en una relación así.
Para decirlo brevemente: lo que se reclama en esos casos es que el que tiene algo que decir, también esté dispuesto a oír ¿Un revanchismo comunicacional? Tal vez... Una premisa indemnizatoria.
El derecho a hablar se paga permitiendo que el otro pueda meter su bocado, que se largue a contar una historia de cuando no conseguía cospeles, o que te tome de paño de lágrimas, o que te pregunte cuánto pagás de alquiler.
Un gran invento eso de hablar, que el teléfono puso de relieve.


domingo, 29 de noviembre de 2020

Tomar el mate lavado

Hace un par de años el médico me explicó que el mate no te hidrata: es diurético y te hace perder líquido. Si perdés líquido, se concentran las sales, los riñones se saturan y con el tiempo se dañan.
Si se te dañan los riñones, tenés que dejar de comer carne, y otras fuentes de proteínas.
Después de eso, empecé a tratar de limitar las mateadas, porque a mí si me dejan vivo con el termo abajo de un brazo y el mate siempre al alcance.
Es como el cigarrillo, que en un tiempo también se usaba en todos lados y continuamente.
Al igual que con el cigarrillo, y al contrario que con las demás drogas, cuanto más adicto se vuelve uno, menor es el nivel de calidad que se exige para consumirlo. Cuando se terminan los puchos se puede llegar a fumar las colillas. Y cuando se llega a ser un gran tomador de mate, se sigue cebando hasta que sólo es agua tibia. Deliciosa agua tibia.
Si no se aventuran algunos extremos de la tolerancia cada tanto, ésta se atrofia, y se corre el riesgo de volverse uno progresivamente más delicado. 
En cambio, al dejar que la cebadura se degrade a niveles homeopáticos, se agudizan los sentidos, se equilibra el metabolismo, se aclara la mente y se mea con transparencia.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Reconocer patrones

Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho, y ocho dieciséis.
Ahí se fué la serie a buscar la pelota al zanjón, porque la música es así.
Hay gente a la que le encanta encontrar las pautas en todo, y te dicen "la música es matemática, la música es relaciones". Que yo sepa, no ha nacido el matemático que sea como músico algo más que prolijo.
Porque reconocer un patrón no sirve para nada si no se usa para algo.
Por ejemplo, puede ser una forma cómoda de ordenar ideas, o una manera de diferenciar fondo y figura. Cómo porque el patrón se separa de lo que no es patrón, o de un patró diferente, y la figura no está precisamente en el patrón, sino en el borde, donde deja de ser patrón, y existe en primer lugar porque no se puede confundir con él.
Aunque sea un peligro la tentación de quedarse con eso, reconocer los patrones hace falta para salirse de ellos y hacer figuras.
Otro día.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Hacer autobombo

En tiempos en que está de moda la meritocracia, el saberse vender y la proactividad, es fácil que se caiga en contradicciones. Con tal de hacerse ver, muchos pueden terminar regalando oportunidades, algo en lo que nadie te frena ¿a quién le interesa frenar al competidor que se equivoca?
No pasa un día sin que alguien lamente el desperdicio de energía puesto en autopromocionarse. Ni sin que se defenestre a los que sí consiguen reconocimiento.
La hago corta: las apariencias se determinan por las creencias, y las creencias se determinan por los vínculos. Creemos lo que nos hace estar de acuerdo con quienes nos importan. 
Por eso, en lugar de esforzarse por ganar la olimpiada de los tontos, mejor es esforzarse por ser buen compañero, buen amigo, gente.
Háganse querer.

martes, 24 de noviembre de 2020

Traducir un chiste

Años atrás, en los inicios de la literatura, nadie se preocupaba por los derechos de autor, porque copiar una obra era casi tanto trabajo como escribirla, y también porque las primeras escritas también se habían copiado de cuentos y canciones populares. Y con los chistes es peor, porque al ser el formato más pequeño de la poesía, pasan de mano en mano sin control. Pero traducir un chiste es mucho más difícil que un relato, o hasta que un poema. Hay juego de palabras, puentes verbales que no existen en otro idioma.
Los que doblan las películas casi siempre optan por sustituir algunos gags por otros totalmente distintos pero que son efectivos en el idioma de destino.
Hay que hacerlo bien, porque si no, se siente como matar un bichito.

lunes, 23 de noviembre de 2020

Hacer sonar la campana

¿Alguien leyó "Por quién doblan las campanas"? Yo no, pero es porque conocí la prosa de Hemingway y tuve que hacer fuerza para terminar de leerlo. Pero el título me sigue intrigando. Seguro que si un día lo tengo a mano lo agarro, porque el título es tan bueno que sigue siendo poético después de la traducción.
Estoy seguro de que la novela no responde la pregunta, pero en lugar de averiguarlo, me hice la idea de que la respuesta es el final de la película "Breaking the waves".
Si alguna vez tienen una duda que no puedan resolver, les recomiendo este método de imaginar respuestas. Al fin y al cabo, así se deben haber inventado los mitos y la mitad de la etimología.
Aunque también es cierto que las campanas no suenan anunciando siempre el final de algo. Lo sabía Ringo cuando decía que cuando suena la campana todos te dejan solo: "hasta el banquito te sacan".

domingo, 22 de noviembre de 2020

Poner los patitos en fila

 En el día de la psiquiatría no puedo menos que recordar un aviso de un psiquiatra que, parodiando los productos para adelgazar, mostraba en el "Antes" unos patitos de goma revueltos, y en el "Después" unos patitos alineados. 
Simpatía aparte, siempre me intrigó la historia de la construcción social de las filas. Que la fila en sí sea sinónimo de orden es cosa fácil de deducir para cualquiera que haya ido a la escuela. 
Los estructuralistas creen que se debe a que el pensamiento se ordena como un hilo discursivo, y el discurso se ordena como una sucesión porque tenemos una sola boca ¿Es necesario tirarles por la cabeza con las obras de Vigotsky? O recordar que el habla individual es una rareza moderna, porque los homínidos en general siempre gritaron a coro, pero no desarrollaron una verdadera mente grupal, porque el pensamiento verbal es apenas una parte del pensamiento.
De todas maneras hay que aceptar que la disposición sucesiva es muy útil para organizar información en cantidades. Utilidad que no hay que confundir nunca con naturalidad: no puede ser natural algo que requiere años de entrenamiento dominar.
Por más que los patitos anden en fila, hecho de universalidad y evidencia dudosas, la fila viene de fábrica.
Hay que afilar.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Recuperar el sueño

Una de las cosas más difíciles de hacer a propósito es dormirse. Más difícil todavía que tener una erección a voluntad. Uno puede concentrarse en las cosas que lo calientan, y si tiene una imaginación "fuerte" el pito se para solo (por eso es bueno estimular la imaginación de los varones desde chicos).
Hay muchas teorías sobre cómo hacer para dormirse, cada tanto aparece una nueva, y todas se reducen a tres formas básicas: por desgaste, por inducción, y por intoxicación.
Por supuesto que la única que tiene sentido es la tercera. Una droga te duerme y punto, hay drogas mejores y peores, más precisas y más erráticas. Con mayores o menores efectos secundarios. Por ejemplo, el alcohol tiene un efecto inespecífico, bloquea el ciclo de Krebbs haciendo que las neuronas se asfixien y baje el rendimiento de las funciones cerebrales. Según la ley de la demencia, lo último adquirido es lo primero que se pierde, y al primer trago empieza a disminuir el control de impulsos, el foco atencional se reduce, etc. Con suficiente dosis, el aparato digestivo pide gancho y te hace dormir. Con una dosis mayor, desmayo. 
Muchos usan ansiolíticos para dormir. Si se tiene ansiedad, no se puede dormir, por eso funcionan en muchos casos. Pero el sueño que dan los ansiolíticos es un efecto secundario, si los toman para eso los están usando mal.
Los neurolépticos son más directos: bloquean la actividad cerebral. No producen verdadero sueño, pero de alguna manera logran ponerte inconciente y laxo.
Y por último los hipnóticos, no te hacen imitar un pato al sonido de una campanita, te hacen dormir. Cómo? Son benzodiacepinas que salieron mal: el efecto secundario es más fuerte que los demás.
Finito con las drogas, pasemos a los métodos "naturales".
La inducción consiste en convencerse por similitud de que uno se va a dormir. Bajar las luces, poner música suave, pensar cosas relajantes, respirar hondo hasta marearse. Todo apunta a que el cerebro se confunda y crea que tiene sueño. Con un poco de fe, se consigue. Todo esto se basa en el supuesto de que la voluntad puede hacer casi cualquier cosa, como modificar un estado de ánimo. Lo cierto es que debe su eficacia a la magia simpática.
Por último, están los que recomiendan diversas formas de ejercicio para dormir. Suponen que la persona tiene una cantidad de "energía" que se puede descargar al ejercitarse. Es cierto que las reservas de energía real utilizable son finitas, pero cuando se agotan más que dormir se puede tener un coma. La "energía" más bien parece un sinónimo pretencioso de las ganas de seguir jodiendo. No vengan conque si tienen ganas de dormir entonces no tienen ganas de joder, porque así como en un balde puede haber pejerreyes y borriquetas al mismo tiempo, en una persona puede haber ganas de muchas cosas sin que ni siquiera tenga que estar de acuerdo. El ejercicio produce, en primer lugar y principalmente, dolor. Y el dolor induce la secreción de endorfinas ¡Que son drogas!
Lo que deberíamos practicar, es encontrar el movimiento voluntario de dormirse. Uno puede pestañear, puede levantar un brazo, sentarse, y hasta vengarse de un mal tendero sin necesidad de pensar, poner música, visualizar arcoiris ni prepararse conscientemente. Es algo que se hace. Y es algo que no siempre hicimos, así que si se puede mandar un pulso para poner el cuerpo en acción, también tiene que poderse hacer con el bocho.



jueves, 19 de noviembre de 2020

Morder la mano que da de comer

El perro que muerde la mano que le da de comer es el gemelo malvado del perro del hortelano. Son canes opuestos que ejemplifican los destinos de la pulsión oral. Se puede comer o no comer. Quien come, debe comer de otro, y si come de otro, lo devora. Sí, así es: la alimentación empieza con el canibalismo. Pero el perro además es un siervo, así que no se entiende bien que haya sido tan popular en las fábulas y refranes.
Creo que el perro mordedor es como el escorpión que picó a la rana, el pobre can se perjudica, no es vivo como la araña que salvaste. Al fin ¿qué otra opción tiene? 
Y además ¿te mordió el perro?¿por qué no le diste de comer en un plato?
Es sabido que en la mano tampoco entra mucha comida que digamos.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Criar cuervos

Los cuervos comen carroña, la carroña son bichos que ya estaban muertos de antes, o los restos de los bichos que comieron otros. Es muy difícil definir la carroña sin incluir la referencia a un supuesto orden jerárquico. 
Qué hace del león un cazador y de la hiena un carroñero? Aparentemente una mayor tolerancia gástrica. Se dice que el león caza, pero casi siempre caza la leona, y los la manada se ceba con el bicho muerto. Muerto ahí mismo, hace cinco minutos, hace una hora, un día o una semana. No hay diferencia tajante.
Las hienas también cazan, y se comen lo que encuentran. El hombre, como el chancho, come lo que encuentra. Pero la jerarquía imaginaria hace que unos manden y otros obedezcan, o no. Porque los obedientes también pueden ser respetables, y por eso reciben los dones bienganados del que manda.
Los carroñeros son los que se alimentan del "derrame" sin obedecer, y aunque se jueguen la piel en la aventura, no ganan más que un lugar en las fábulas como ejemplo de lo marginal.
Siendo los pícaros de la naturaleza, pueden llegar a ser portadores de algún saber, por eso se asocia a los cuervos con las artes ocultas: no por andar de noche, sino por no andar derecho.

martes, 17 de noviembre de 2020

Decir la verdad

Un 17 de noviembre volvía Perón a la Argentina. Perón dijo que la única verdad es la realidad. Y por más que los fanáticos de Pierre Bourdieu insistan en que la verdad de la historia es la historia de la verdad, la franela no es como la gamuza.
Será que eso inspiró a los diputados del bloque de Cambiemos a admitir que representan al 0,02%, exponiendo la realidad del sistema representativo, como bien saben los fanáticos de Pierre Bourdieu.
Hoy también es el cumpleaños de un pelotudo, y también es el día en que un jugador sintió ganas de volver a apostar. Son cosas que sólo importan a sus protagonistas, a esta altura, pero también son verdades.




lunes, 16 de noviembre de 2020

Pretender

Ser "pretencioso" es uno de nuestros pecados mas comunes y también una pretensión: si la gente común no fuera pretenciosa la estructura social se desmoronaría.
¿Será un anacronismo, un prejuicio sobreviviente de una sociedad extinta?¿Será un defecto de la educación, una contradicción creada por intereses en conflicto (es claro que no se puede esperar que los educadores comprendan realmente cómo funciona la sociedad)? 
¿Es simple hipocresía? La hipocresía también es un pilar de la sociedad, tan necesario como el agua corriente. Sería acaso una dinámica propia de toda sociedad clasista: imponer condiciones morales a los dominados, de las que las clases dominantes se ven eximidas. Si le agregamos a esa dinámica una pretensión de movilidad social... bingo. La pretensión se sostiene a si misma, parece, y la movilidad social es el barón de Münchaussen tirando de su propia coleta para salir del pozo.
Como de costumbre, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Le decimos pretencioso a muchas cosas:
Por un lado está el tipo ideal de alguien que siempre quiere más, que busca y rebusca siempre algo "mejor". A estos pretenciosos les decimos que se calmen que no sean tan exigentes, sobre todo porque NOS exigen a nosotros y no queremos que se note lo flojos que somos. 
Otro caso es el que pide más de lo que "le corresponde", se siente excepcional, y pide que se hagan excepciones con él. Más que pretencioso es un parásito usurpador, pero consiguió que la sombra de su perversidad recayera sobre los que son simplemente exigentes.
También se puede confundir a estos verdaderos pretenciosos con las personas narcisistas, enamoradas de sí mismas. Puede que a veces actúen parecido, que creyéndose mejores de lo que son aspiren a recibir un trato que los demás no les reconocen.
Teniendo presentes estas diferencias se aclara un poco la contradicción. Porque el pretencioso que quiere cagar más alto que el culo, se convierte en un obstáculo para esa estructura que hace de la movilidad social la herramienta más eficiente de acumulación de capital desde la invención del alambrado.
En cambio, los exigentes y los ilusos, tan diferentes, son el yunque y el martillo de la movilidad. Los ilusos fantasean una realidad inexistente, que los exigentes pagan por alcanzar.
Y la nave va ¿qué pretendían?



viernes, 13 de noviembre de 2020

Intercambiar chucherías

"Oro por baratijas... qué abuso, qué trueque tan desigual... Don Rodrigo guardó en un enorme cofre lo que había obtenido: montañas de baratijas"
Estas son cosas que se recuerdan de memoria tal vez porque en su tiempo se recitaban una y otra vez, incluso al mismo tiempo que se reproducían en el tocadisco o el grabador. La recitación es la forma más antigua de memoria ¿o lo será el dibujo? En fin, está visto que se recuerda lo que se reproduce, fundamentalmente. La idea moderna de la memoria como un registro de información se basa en la escritura, que es algo relativamente novedoso y hasta minoritario hasta ayer.
Pero estoy haciendo lo mismo que hacen los creyentes cuando quieren explicar el universo diciendo que lo creó dios: pateando la pregunta al córner.
El motivo de que sea tan memorable el chiste, no está en la inversión de roles, eso es apenas un efecto de comicidad revanchista. El chiste apunta, como bien deberían saber, a la verdad.
Hace tantos siglos que usamos el intercambio para acumular riquezas que perdimos de vista que eso de cambiar cosas es una institución fundamental y fundante de la cultura. 
Uno de los padres de la antropología, Bronislav Malinowsky, consagró su metodología con un estudio sobre un ritual que sostenía un circuito de intercambios que abarcaba todo un archipiélago en el sur del Pacífico. El tipo demuestra como dos y dos son cuatro que esta gente tenía toda su vida ordenada a base de cambiar pulseritas por collares de conchas. Y que ese orden es tanto mágico, económico y simbólico, sexual, arquitectónico y gastronómico.
Otro gran chistoso, Jonathan Swift, también aporta su granito de arena describiendo una sociedad de filósofos que renuncian a usar palabras y para poder conversar llevan a la espalda enormes mochilas cargadas de chucherías que intercambian en lugar de decirse cosas.
Hablando de filósofos, Heidegger empieza la discusión sobre la identidad afirmando que A = A. A = A! Cómo llega a decir algo partiendo de semejante nulidad es un verdadero homenaje a la función poética (el alemán es una lengua muy poética, aunque a nosotros todo nos suene a subenempujenestrujenbajen).
El intercambio hace que A = B, demostrando que el ser será lo que deba ser, pero para que a nosotros nos importe, primero tiene que ser otra cosa.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Cantar desafinado

Cada vez que escucho gente cantando el feliz cumpleaños me pregunto cómo hacen para entonar al mismo tiempo en notas tan diferentes. Sobre todo cuando son notas cercanas, parecidas. Si uno lo quiere hacer a propósito no puede. El cerebro se niega a afinar voluntariamente una nota disonante, quiere acomodarse y coincidir.
Es mucho más fácil hacer disonancias con un instrumento, porque la frecuencia se puede controlar mecánicamente. La garganta también es una máquina, pero una máquina viva que hace lo que quiere.
Cantar es como andar a caballo: el caballo tiene sus propios motivos, y uno puede conseguir que lo lleve casi a cualquier lado, si sabe cómo negociar con esos motivos.
Capaz que el secreto es que todo el mundo desafine al mismo tiempo, así se pierde la referencia de una nota. Si todos están en el mismo acorde, la fuerza inductiva es enorme, pero si cada uno va por su lado, la voluntad es un poco más libre.
Claro que son simples esquemas motrices: reflejos autónomos versus condicionados, respuestas neurológicas versus aprendidas. Pero debe haber por ahí algún estudio que en lugar de buscar la esencia de la libertad, hable de la proporción entre los acuerdos y el esfuerzo necesario para la desafinar.


martes, 10 de noviembre de 2020

Hacer malabares

El malabarismo es la metáfora favorita de todos para hablar de lo que en resumen es atajar pelotazos. El malabarista hace pases de manos, engaña la vista, hace que las cosas se mantengan en el aire cuando deberían caer. 
¿El malabarista es un mago? Casi, pero todo lo contrario.
Las cosas en el aire parecen violar la ley de la gravedad, como los aviones que no se caen, o los equilibristas que se suben a un palo. Pero nadie viola las leyes naturales.
¿El malabarista hace equilibrio? Casi, pero todo lo contrario.
¿Cuál es la diferencia?
La diferencia está en que todos descansan menos él.

lunes, 9 de noviembre de 2020

Probarse las pilchas que van a dejar

Nuestra cultura de consumismo predicha por Aldous Huxley hace que ponerse la ropa de un muerto sea un acto despreciable, una abominación que cualquier persona sana evita por todos los medios, lo que deja a quien lo hace con el estigma del intocable desposeído dispuesto y expuesto a cualquier extremo, sin amor propio, sin dignidad, sin derechos.
Pero como todo es vanidad, lo que reluce es oro y como te ven te tratan, comprar ropa de segunda mano en las ferias americanas es totalmente cool, porque las ferias están en lugares chetos, o porque son pocas, o porque son para entendidos, o porque al final, algo se paga.
¿Y de dónde se imaginan que sale esa ropa?¿De gente tacaña que vende la ropa usada?¿De la ropa que deja para el cartonero la gente que no es tacaña?
Es ropa de gente muerta, o de adictos que se roban las cosas de otros para transarlas, pero sobre todo de muertos. 
Y ahora, para qué tanto escándalo: si no hay como heredar chucherías.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Pasar por tu casa

Ayer pasé por tu casa
buscaba hacerte caricias.
No quisiste abrir la puerta,
mucho menos las rodillas.

Ayer pasé por tu esquina
tenía el tiempo contado.
Si me dabas un minuto
yo te daba de parado.

Ayer fuí al centro a hacer compras
y traje una palangana.
Si la llenamos con agua
Te saco a pasear la rana.

viernes, 6 de noviembre de 2020

Salir al sol

Antes decíamos "me paso todo el día en la oficina, sentado en la compu, atrás del mostrador, encerrado en el taller... ¡No sabíamos de qué hablábamos! salvo por los trabajadores esclavos secuestrados en los talleres de Aguada y compañía, mal que mal uno salía de su casa y caminaba un rato al aire libre, se bajaba del colectivo y cruzaba una plaza... Hasta en el microcentro te llegan los rayos de Febo. Nosotros no tenemos ni noción del volumen de energía brutal que nos incide cuando nos exponemos a la radiación solar. Media hora de sol equivale a pasar una tarde trabajando de sparring de Mike Tyson, y es algo a lo que nos acostumbramos como si nada.
Sin hacer eso, estamos como los canadienses, medio año abajo del horizonte.
Y sobre todo, baja la libido, que era el verdadero problema de los tipos de la caverna de Platón: como ya no se calentaban con nada, se ponían a discutir huevadas ontológicas. Con una libido normal su hubieran pajeado mirando las sombras más pulposas.




jueves, 5 de noviembre de 2020

Encontrar el punto negro

Una noche tormentosa el ciego se acercó a la posada marcando el paso con su bastón, desde la puerta reconoció ese olor que sólo podía emanar uno que se pasó años andando la mar a bordo de un leño, bebiendo y fumando, hábitos que se mantienen constantes al retirarse. No le costó hacerse llevar hasta el capitán, y sabía que no había confusión posible. Puso su mano sobre la del otro marino y la retiró como si le quemara, alejándose del lugar como de la peste.
El capitán no tuvo que pensar mucho en su destino, ni tuvo tampoco oportunidad de hacer planes, porque el cuerpo le dijo basta ahí mismo y se quedó seco sin despedirse, menos de un minuto después de saber que tenía hasta las diez de esa noche.
Con los piratas era así: le daban a uno un papel marcado con tinta negra y todo estaba dicho. O sí? Ya saben que a todo se le encuentra la vuelta, porque al fin los marinos también están hechos de hombres comunes.


miércoles, 4 de noviembre de 2020

Cortarse las uñas

Pensaron que lo podían dejar para mañana!
Como le dijo Krishna a Arjuna antes de la batalla de Kuruksetra: "un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer". Frase enigmática apenas clarificada por el comentario ontológico del Libertador General San Martín en su carta a Merceditas: "serás lo que debas ser, y si no, no serás nada". Y como de alguna manera hay que salir de las tinieblas metafísicas pasando a la acción directa, no está de más recordar el precepto orillero inmortalizado por el poeta Germán Rienda "el hombre para ser hombre, no debe ser batidor".
Sus, y a ellas!

martes, 3 de noviembre de 2020

Hacer Auditoría

El Auditor es el personaje más antipático del mundo de la salud, es el William Bu del sanitarismo. ¿Y por qué, si es el que en definitiva cuida que todos tengamos la mejor calidad de atención posible? No se puede creer que sea una atávica aversión a las figuras de autoridad, a los emisarios de la interdicción. Una taradez así ni se contesta. Los policías son héroes en el cine aunque se cansen de joder al prójimo.
¿Habrá que poner a un clon de Eric Estrada en el papel de auditor, en vez de ponerlo de cirujano?
Todos quieren al cirujano, 
porque te mete la mano.
Y como todos quieren mano, 
viene el perro del hortelano.
En la escuela deberían explicar que la salud no es directamente proporcional a la medicina:
Te duele la cabeza
Tomás una aspirina
Nada
Tomás dos
Mejor
Tomás tres
Te dejó de doler la cabeza
Tomás cuatro
Sigue sin dolerte la cabeza
Tomás cinco
Tenés úlcera.
Ahí se ve clarito.
Es cierto que las coberturas siempre retacean la atención, el hospital público ni hablemos: porque los recursos son limitados y las necesidades son interminables.
Uno quizás como paciente, espera todo de cada tratamiento, y la verdad es que no, muchas veces no.
Y el que gestiona tiene que elegir: para darle a uno le saca al otro
LE SACA AL OTRO
A quién le sacamos, entonces.
Un día en la vida hay que auditar y sacarle la papa al loro.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Sufrir de gusto

Una de las críticas más agrias que le hacen al psicoanálisis es por afirmar supuestamente que las personas se enferman porque quieren. El psicoanalista (que es varón, aunque sea mujer) le dice con tono displicente y canchero al pobre enfermo "usted sufre porque quiere". Lo loco es que para los psicoanalistas, los que dicen eso son los demás psicoterapeutas: porque decirle a la gente que si hace las cosas distintas se va a curar, es básicamente decirle "usted sufre por idiota".
La verdad es que para la mayoría está más que justificado sufrir, en un conjunto bastante amplio de situaciones donde se asume el dolor como una necesidad insalvable.
No hace falta llegar al extremo del catolicismo penitente donde "si no duele no sirve".
Piensen en el deporte, la universidad, el "derecho de piso" en el trabajo, en la envidia furibunda de los mediocres cuando un pobre recibe ayuda sin tener que humillarse a cambio...
En la vida de montones de parejas.
¿Está mal decirle a alguien que sufre por gusto?
Es... complicado...