sábado, 9 de febrero de 2019

Conectar con otro


Sé muy bien que estar viviendo donde vivió mi vieja 40 años no me hace amiga de toda la gente que la quería. Pero hoy, recién, a la una y media de la mañana, salgo (poco menos que en calzones) a sacar la basura y me encuentro con una de sus amigas. Una de las que la acompañaron hasta último momento. De esas de fierro: ella se enteró que la llevaban al Pirovano y fue al Pirovano. Dale que va. Y cómo está Negrita y qué pasó y todo eso.
Y respetuosa. La mar de respetuosa. No me tocó el timbre ni media vez. Me saludó cariñosamente siempre, pero no me invadió en esta toma de territorio.
Y hoy nos encontramos en el pasillo. Yo medio en bolas. Ella volviendo de su coro. Y charlamos. Y hablamos de Almudena Grandes. De mis autores. De su poesía (la de la vecina), de mis amigas poetas (María Laura). De mis libros. De su canto. De mi vieja. De la vida. Nos tocamos, nos miramos a los ojos…
Ya está.
El otro día, una amiga me decía: “los que vivimos solos tenemos que ser amables”. “Pero yo soy tremenda jodida”, le respondí al toque. Hoy no fui jodida. Esa mujer amaba a mi mamá. La acompañó más allá de lo que pude hacerlo yo. Y conecté. Y no me costó nada.

A veces parece que soy gente, mamá.

3 comentarios:

  1. Te quiero taaanto. Este texto es el reflejo de tu mejor vos. Y siempre lo tenés!❤

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  2. No sos gente. Sos persona. Esa es la diferencia, sos singular. Por suerte sos muy singular!

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  3. hermosos texto y más cosas.
    gracias!

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