¿Quién creyera que el mundo era tan largo? Había visto unas mapas; parecióme que así estaba todo junto y tropellado. ¿Quién imaginara que había de faltarme lo necesario? No pensé que había tantos trabajos y miserias. Mas, ¡oh, cómo es el «no pensé» de casta de tontos y proprio de necios, escusa de bárbaros y acogida de imprudentes! Que el cuerdo y sabio siempre debe pensar, prevenir y cautelar. Hice como muchacho simple, sin entendimiento ni gobierno. Justo castigo fue el mío, pues, teniendo descanso, quise saber de bien y mal.
Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache
miércoles, 14 de octubre de 2015
Día de proponer objetivos
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