sábado, 18 de enero de 2020

Dormir en el piso

Si es posible con una colchoneta, eh. No hay porqué romperse los huesos, la idea es simplificarse la vida, no hacer penitencia.
A mí particularmente, me recuerda veranos de la infancia, cuando el calor en los dormitorios no aflojaba y la forma de dormir era tirar los colchones en el living. Nunca entendí por qué ese lugar era más fresco, cuál era la virtud que convertía el mismo espacio donde me pasaba la tarde mirando dibujitos en una especie de nave mágica donde uno volvía a soñar.
Es algo que funciona donde quiera: y no me vengan con el que duerme en la calle, porque eso también lo hice.
Dormir en el piso es levantar de la nada un santuario.

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