viernes, 24 de enero de 2020

Mandar fruta

Esta vez sí es con metáfora. Hoy es uno de esos días en que se impone la necesidad de guitarrear, sanatear, chamuyar, vender un buzón.
Qué feo, don. Cómo va a recomendar eso...
Y, no es que lo recomiende, pero sinceramente: las alternativas son peores para todos hoy.
No me miren a mí, el universo conspira para que la mejor opción sea armar un discursito convincente y salir del paso.
Eso sí, igual hay que esforzarse, eh. Hagan el favor: respeten un poco las convenciones sociales.
Una mentira obvia es un insulto, además, y a nadie le gusta que lo tomen por idiota.
Un verso elaborado demuestra interés, no solo en la causa, sino que al lucirse con la historia, le estamos diciendo al otro "me importa mucho tu opinión, veo que no sos ningún boludo, no te ofendas conmigo".
¿Quién no se conmueve con eso? Y por supuesto, a la hora de recibir fruta, seamos también consecuentes. No nos pongamos en ortibas que hoy vamos a estar necesariamente de los dos lados del mostrador.
Pongamos todos el hombro para terminar la semana en paz.
Esto también es sabiduría.

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