domingo, 22 de marzo de 2020

Envolverse en mantas

Cuando era chico jugaba a envolverme en tantas mantas como pudiera, hasta quedar convertido en un bicho-canasto. Era un juego típico de las tardes de verano. Era el momento del día (un sábado o un domingo) en que los viejos dormían la siesta, y todavía no pasaban nada interesante en la tele.
También era un juego de verano porque todas las mantas estaban en lo alto del placard, y no puestas en las camas.
Hoy se usan menos mantas y más acolchados, o edredones. Habrá que revolver, las mantas nadie las tira.
El calor llegaba a ser algo que sólo un chico puede disfrutar, pero vamos a darle una segunda oportunidad. Puede ser que convertidos en capullos nos calmemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario