lunes, 30 de marzo de 2020

Hacer la vista gorda

Ya es lugar común que la pandemia nos pone vigilantes. Queremos de golpe corregir todos los males del mundo, arrojar a todos los pecadores a las llamas purificadoras, que Zeus arroje desde lo alto sus rayos Taser sobre la humanidad disoluta.
Es cierto que si no nos ordenamos nos vamos a morir, demasiado tiempo vivimos con la ilusión de que podía ser de otra manera.
Pero no deberíamos olvidar que el intento de ordenar la sociedad de manera profunda ya se hizo, y los resultados fueron más muertos todavía.
Como no somos filósofos ni estadistas, las cosas que hacemos tienen efectos pequeños, si las consideramos de maera aislada. Pero los pequeños somos muchísimos, somos casi todos.
Y si queremos vivir tenemos que poder respirar. Si queremos respirar, hay que dejar una ventana abierta.
Para dejar una ventana abierta, de vez en cuando hay que cerrar un ojo.

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