lunes, 19 de enero de 2015

Día de despertarse con la radio

Foto por Corey Holms via photopin cc
—El caso es claro —dijo el inspector frente a la caja fuerte— las fotos comprometedoras de Arregui las ha robado Bauness para publicarlas y dañarla.
—No creo que sea tan fácil —retrucó el subinspector mientras dejaban la habitación—. La carrera de Arregui iba en declive; el caso le ha otorgado publicidad gratuita.
—No lo creo posible —acotó el subinspector segundo, al tiempo que salían por la puerta—. Más probable me resulta que Corelli haya realizado el robo para echar sospechas sobre Bauness.
—Tal vez sea imprudente pensar eso. Sabemos que Dante se las tenía jurada a Corelli —explicó el subinspector tercero—. Todo hace pensar que él robó las fotos de Arregui, para que crean que Corelli está buscando ensuciar a Bauness.
—Dante siempre fue amigo de Arregui —contrargumentó el subinspector cuarto mientras cruzaban la calle—, mientras que Echavarría se las tenía jurada a ambos. Seguramente él robó las fotos para perjudicarlos.
—¿Cómo sospechar de Echavarría, un pilar de nuestra sociedad? —se indignó el subinspector quinto cuando subían al tren—. Esto es sin duda una maniobra masónica para enlodar su buen nombre.
—¡Ah, los masones, los masones! —exclamaron todos, y continuaron el viaje en silencio.
—La masonería ya no es lo que era —opinó el subinspector sexto—. Sin duda los Illuminati andan detrás de todo esto.
—Todo es posible, sin duda —respondió el inspector—. Estoy seguro de que las huellas nos indicarán el sendero correcto.
—¿Huellas? —se incomodó el subinspector segundo—. ¿Alguien tomó las huellas?
—Yo no.
—Yo no.
—Yo no.
—Yo no.
—¿Alguien anotó la dirección? —preguntó bajito el último subinspector.

19 palabras de yapa

Pero si medio pueblo sabía que Lucas me iba a dejar, ya no era de un asunto de pareja.


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