domingo, 4 de enero de 2015

Día de enviar una carta

Placa enviada con la sonda espacial Pioneer. Fuente: Wikipedia

Si algo sabemos a esta altura es que el medio condiciona el mensaje. Tweets, mails, posts; cada uno tiene lo suyo.

Por eso: una carta. De papel. Escrita a mano en papel de seda. Doblada con ayuda de una regla. Que comience hablando del día, luego del año. Que hable de la salud de la familia. Que vaya en un sobre estampillado. Que viaje en avión. Que cruce un lago. Que sea llevada a lomos de un burro viejo, casi tuerto. Que no encuentre al destinatario. Que se pierda. Que sea encontrada en un rincón de la oficina de correos. Que sea tarde. Que nos llegue de vuelta años después, y nos traiga noticias de nosotros mismos.

Cuatro palabras de yapa.

Una botella de yogur.

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