domingo, 19 de julio de 2015

Día de machetearse

En el secundario, hacía resúmenes para estudiar en los talonarios de recetas de mi abuelo. Libros enteros iban ahí, condensados en cuadros sinópticos y tablas (no conocía las redes conceptuales; las hubiera adorado), en mi más horrible caligrafía diminuta. En un examen de Geografía, dejé los resúmenes en un pupitre contra la pared del fondo, a mis espaldas. Cuando llegó el momento de contestar, me topé con una pregunta cuya respuesta no podía recordar, pero que estaba en los papelitos. Le pedí a un compañero que la leyera de ahí. Fue la única vez que me copié en mi vida, y lo hice de mí mismo. Hoy como ayer pienso que estuvo mal solamente porque el objetivo del examen era responder sin ayuda. Pero la verdad es que en la vida el verdadero arte es machetearse, y machetearse bien: buscar las mejores fuentes de información, almacenarlas, tenerlas a mano. Saber a quién pedir información es tan importante como recordarla. Ojalá algún día desaparezcan ese tipo de exámenes y se prioricen otros en los que se trate de defender una posición con argumentos, en los que recordar solo sea necesario para tener claras las ideas. En la vida en sociedad, el conocimiento de otro es nuestro machete, y solo armados con él se pueden abrir caminos.

Street Player

Algunas palabras de yapa (¿quién tiene tiempo de contar?)


—Hola hermosa, ¿te invito algo?
—Ya tengo, caballero.
—Entonces invitame vos a mí.
—Tomá.
—¿Daiquiri?
—Mm hmm. Está buenísimo.
—Me pido un fernet, mejor. Esas bebidas de minas son una resaca con sombrillita. ¿Lo viste a Miguel?
—¿No estaba con vos?
—Sí, por eso te digo: ¿lo viste? Está en la pista.
—Me jodés.
—De verdad.
—¿Dónde?
—Allá, con una ruluda tetona. Remerita blanca.
—Sí es tetona. Machista.
—No es machismo, es el sistema métrico decimal, que le dicen. Migue tenía razón, es un queso bailando.
—No importa. Mientras hablen.
—No sé cómo, no se escucha un carajo.
—Ya se irán a un costado. Epa, un poco zarpada la ruluda, ¿no?
—Ahora se baila así.
—¿Ahora? ¿Qué nos pasó que ahora hay un "ahora"?
—El tiempo, nos pasó.
—Deberíamos salir más.
—Salimos un montón, Ani.
—Sí, pero nunca así, a bailar.
—Dale, si querés salgamos. Pero vos manejás de vuelta.
—Ahí se fueron a un costado. Somos un éxito.
—¿Somos?
—¿Lo trajimos aquí, no?
—Yo creo que es todo mérito de la tetona. Bah, de las tetas de la tetona.
—Ojalá le vaya bien.
—Ojalá. ¿Querés bailar o irte a casa a la cama?
—Upa. La cama.
—¿Ves? Por eso no salimos a bailar.



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