jueves, 5 de noviembre de 2020

Encontrar el punto negro

Una noche tormentosa el ciego se acercó a la posada marcando el paso con su bastón, desde la puerta reconoció ese olor que sólo podía emanar uno que se pasó años andando la mar a bordo de un leño, bebiendo y fumando, hábitos que se mantienen constantes al retirarse. No le costó hacerse llevar hasta el capitán, y sabía que no había confusión posible. Puso su mano sobre la del otro marino y la retiró como si le quemara, alejándose del lugar como de la peste.
El capitán no tuvo que pensar mucho en su destino, ni tuvo tampoco oportunidad de hacer planes, porque el cuerpo le dijo basta ahí mismo y se quedó seco sin despedirse, menos de un minuto después de saber que tenía hasta las diez de esa noche.
Con los piratas era así: le daban a uno un papel marcado con tinta negra y todo estaba dicho. O sí? Ya saben que a todo se le encuentra la vuelta, porque al fin los marinos también están hechos de hombres comunes.


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