jueves, 26 de noviembre de 2020

Hacer autobombo

En tiempos en que está de moda la meritocracia, el saberse vender y la proactividad, es fácil que se caiga en contradicciones. Con tal de hacerse ver, muchos pueden terminar regalando oportunidades, algo en lo que nadie te frena ¿a quién le interesa frenar al competidor que se equivoca?
No pasa un día sin que alguien lamente el desperdicio de energía puesto en autopromocionarse. Ni sin que se defenestre a los que sí consiguen reconocimiento.
La hago corta: las apariencias se determinan por las creencias, y las creencias se determinan por los vínculos. Creemos lo que nos hace estar de acuerdo con quienes nos importan. 
Por eso, en lugar de esforzarse por ganar la olimpiada de los tontos, mejor es esforzarse por ser buen compañero, buen amigo, gente.
Háganse querer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario