domingo, 29 de noviembre de 2020

Tomar el mate lavado

Hace un par de años el médico me explicó que el mate no te hidrata: es diurético y te hace perder líquido. Si perdés líquido, se concentran las sales, los riñones se saturan y con el tiempo se dañan.
Si se te dañan los riñones, tenés que dejar de comer carne, y otras fuentes de proteínas.
Después de eso, empecé a tratar de limitar las mateadas, porque a mí si me dejan vivo con el termo abajo de un brazo y el mate siempre al alcance.
Es como el cigarrillo, que en un tiempo también se usaba en todos lados y continuamente.
Al igual que con el cigarrillo, y al contrario que con las demás drogas, cuanto más adicto se vuelve uno, menor es el nivel de calidad que se exige para consumirlo. Cuando se terminan los puchos se puede llegar a fumar las colillas. Y cuando se llega a ser un gran tomador de mate, se sigue cebando hasta que sólo es agua tibia. Deliciosa agua tibia.
Si no se aventuran algunos extremos de la tolerancia cada tanto, ésta se atrofia, y se corre el riesgo de volverse uno progresivamente más delicado. 
En cambio, al dejar que la cebadura se degrade a niveles homeopáticos, se agudizan los sentidos, se equilibra el metabolismo, se aclara la mente y se mea con transparencia.

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