viernes, 19 de junio de 2020

Pellizcar

Pellizcar viene de piel, o piel viene de pellizco, como quieran. Para que sea más lindo, la piel tiene que tener una buena capa de grasa debajo.
Hay una sola etapa de la vida en que la gordura causa rechazo naturalmente: la pubertad.
A los varones les repugna todo lo femenino, vienen de una etapa de represión de todos los impulsos heterosexuales, y no pueden procesar la excitación que les provocan las curvas, las redondeces y los tejidos blandos. Por eso se agrupan para mirar porno y hacer mofa de los culos y los rollitos.
A las chicas, no a todas, las descalabra por un lado el cuerpo que les crece de golpe, y por otro el bullying que reciben de los varones y a veces de sus madres, que sienten rechazo a la femineidad corpórea.
Fuera de esto, es muy sorprendente que se haya puesto de moda la delgadez al punto de hacerse regla la actitud propia de un niño de once años.
Usemos la lógica: lo que más deseamos es el cuerpo humano. Deberíamos estar más satisfechos cuanto más cuerpo tengamos a disposición. De hecho, lo estamos siempre. Más es más.
Al engordar uno, el deseo de sí se deleita pellizcando.

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