miércoles, 15 de abril de 2020

Ensayar un discurso

Ensayar frases ante un espejo es una imagen que pertenece a las películas, en especial a las películas norteamericanas. Es imposible saber si estas ficciones reflejan algo acostumbrado por la gente que retratan, o si la costumbre se fué modelando con el cine. Pero lo seguro es que uno tiende a creer que es algo propio de una sociedad donde se valora la apariencia y la ceremonia. No precisamente que tengan la vida ritualizada: más bien parecen querer llegar a ritualizar su vida, como que admiran a las culturas que lo han logrado.
Esto también explica la sobrevaloración del fetichismo. Algo que siempre fué considerado marginal, raro, artificioso, se ha convertido gracias al séptimo arte en una forma idealizada de sexualidad, una especie de grado superior del erotismo. Ese el el sentido que toma la expresión "cumplir una fantasía": significa literalmente, practicar algún número del repertorio libertino.
Si bien hablar es una forma de contacto, y seguramente en cada acto de habla se juega una porción, pequeña pero indispensable de excitación sexual, para hablar en una ocasión especial de forma efectiva, nosotros tenemos otros métodos. Nosotros queremos que esto sea espontáneo.
Para eso le pedimos al psicólogo que nos ayude a superar nuestras inhibiciones, participamos en talleres para conectarnos con nuestras emociones, aplicamos la meditación para estar en armonía. Rechazamos lo artificial, lo preparado, todo aquello que represente una discontinuidad, una doblez en nuestra persona. Nuestras acciones deben ser ante tono el testimonio de nuestra unicidad, nuestra identidad con nosotros mismos.
Nos esforzamos tanto en esto, que tal vez no sea tan terrible en comparación, simplemente ensayar unas palabras, aprenderlas, repetirlas y agregarles matices, y hacer el numerito.

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