jueves, 30 de abril de 2020

Mirar porno

Todo el mundo ve porno en algún momento de su vida. La pornografía está presente desde que el primer cavernícola frotó una piedra en la pared de la cueva. Por supuesto que lo primero que vamos a buscar son esas cosas que "no puede ser que alguien haga eso". Y sí lo hace.
No hay prácticamente nada que no se haya usado como rubro para la pornografía. Foucault decía que en Sade se ejemplificaba cierta necesidad de agotar la combinatoria que permitía el cuadro de la representación clásica, en un despliegue inaugurado por el Quijote.
Al margen, Foucault nunca entendió un pito del Quijote si creyó que Cervantes se ciñe en algún punto a la representación, como puede que lo hiciera el Marqués libertino.
Entonces, la pornografía ¿opera más allá de la representación? El auge de las producciones "amateur", las "webcams" y demás, que intentan devolver la eficacia de la inmediatez podría apuntar en esa dirección. Pero nuestras ideas son como las pijas de los actores porno, siempre apuntan hacia el agujero más próximo.
Tal vez alguien encuentre alguna vez filmada su propia fantasía, yo tiendo a creer que no nos ponemos en los detalles, que nos basta con ver gente cojiendo.

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