viernes, 10 de abril de 2020

Afilar un palo

Cuentan que un día, estaba el Monito en la selva, sentado sobre una piedra, afilando un palo.
LLegó el Carpincho, que andaba de paso, y al verlo le preguntó:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y el Carpincho siguió su camino. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato pasó el Búho, y al verlo le preguntó:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y el Bhúo siguió su camino. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato pasó la Comadreja, venía apurada, pero se paró a preguntar:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y la Comadreja siguió su camino. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato vino la Hormiga, que se enteró por el Búho, a preguntar:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y la Hormiga se volvió al hormiguero. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato pasó el Yacaré, y medio para cacharlo preguntó:
-¿Qué estás haciendo, Monito?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y el Yacaré se alejó al trotecito. Y el Monito siguió afilando el palo.
Al rato pasó el Pato, y al verlo le preguntó:
-Monito ¿Qué estás haciendo?
-Afilando un palo.
-¿Y para qué, Monito?
-Para clavárselo en el culo al León.
-¿Te parece, Monito?
-Sí, así no rompe más las pelotas.
-Si vos decís... Cuidate Monito.
Y el Pato se volvió preocupado a la laguna. Y el Monito siguió afilando el palo.
Fué pasando el día y los animales de la selva pasaban y preguntaban. Y el Monito seguía afilando el palo.
Como para la tarde llegó el León y con tono despreocupado le preguntó:
-¿Qué estás haciendo, Monito?
-Boludeces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario