lunes, 5 de octubre de 2020

Llamar un gato con silbidos

Si el futuro llegó hace rato, no creo que sea promovido para Navidad.  Ahora que  el bote volcó en mi ciudad, ya no hay tiempo de lamentos. Aunque el mono siga empañando ray-bans vas a volver a herirme otra vez, porque la noche tira una buena traición de mujer, como te gusta a vos. 
Vas como un ciego en la bodega bebiendo mucho vino malicioso: un héroe del whisky más que miraba el cielo justo a tiempo.
Un tipo pan comido que obliga a su aventura a brillar, tan chiflado y obnubilado con las muchachitas fatales que no son dulces, no. 
Ya llegó la hora de los marines que huelen a tigre. Montados a los contáiners, reclamando el botín que tenemos allí en mi remolque de mil caravanas. Yo me bajo acá: me voy trepando a los radares con mi delicioso campeón.
¿Cómo puede ser que te alboroten mis placeres?

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