domingo, 11 de octubre de 2020

Pensar en todo

Vieron ese personaje de Los Premios que se entretenía tratando de ser consciente de todo' Normalmente hacemos ese tipo de experimentos cuando estamos fumados (curiosamente el alcohol no induce ese tipo de cosas). 
Para los que tienen la suerte de no haber caído en esa porción de Cortázar, la cosa va más o menos así: 
Considere el lugar donde está, su estructura, lo que lo rodea, los materiales que lo componen. 
Fije su atención en los objetos e individuos que comparten su espacio. Luego tome en cuenta los espacios adyacentes y quienes los ocupan. Recuerde que los demás tienen existencias complejas como la suya, recuerdos, ideas y puntos de vista propios. 
Repase los edificios las infraestructura, la flora y fauna parásita que convive con la civilización (donde sea que esté está la civilización, no se haga).
Examine el subsuelo, la corteza, las corrientes de aire y los meteoros.
Todavía no ha salido del microcosmos y la la imaginación tiende a simplificar las cosas. No se puede enfocar un aspecto del mundo sin que el fondo se vuelva genérico y estereotipado.
Cuando los fumados tratan de pensar en todo, fantasean desde el vamos una esfera de colores y resumen la vida en esa burbuja. Por eso sienten euforia.
El experimento consciente apunta a lo contrario, a la modestia.

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