sábado, 3 de octubre de 2020

Visitar un sitio histórico

Buenos Aires, donde vivo, es un lugar relativamente avaro de historia. De los hechos anteriores a la llegada de los españoles no queda casi evidencia, y ninguna que nos hable con nombre propio desde que, para nuestro mal, los borramos sistemática y decididamente.
Los amantes de la arqueología me van a desmentir, y también los cazadores de anécdotas. Pero no les presten atención: ellos encuentran "abundante" material simplemente porque como todo adicto, ante la escasez terminan por bajar sus estándares hasta encontrar suficiente substancia con que regodearse.
Lo cierto es que salvo las Invasiones Inglesas y la Primera Junta, los hechos históricos determinantes para nuestro destino ocurrieron lejos de la ciudad de Buenos Aires. 
Ya que no podemos remontarnos en el tiempo mucho más allá de los doscientos años, tal vez podríamos en cambio apreciar la historicidad de sitios que han sido testigos de eventos más recientes, pero comparativamente mucho mas terribles y profundos.
La fuente de la plaza del Congreso ahora se encuentra cercada por rejas, impidiendo que la gente se pasee por el monumento. Lo que es una verdadera pena, ya que de otra manera podrían leer la discreta placa colocada a media altura de uno de los laterales del pilar.
"En este lugar, el 28 de agosto de 1963, Juan Salvo y su grupo atacaron el puesto de comando de los Ellos, contribuyendo con su acción heroica a la defensa de la humanidad frente a la invasión alienígena."

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