Cada tanto, no tanto, la pc pide actualizar. En el caso de Windows es un proceso peligroso, que puede causar la muerte súbita del sistema, a poco aque a los gurúes de la ofimática se les escape una línea de código incompatible con tu versión del sistema operativo, o con tu hardware. Con el W10 el problema es crítico, ya que no existe forma de impedir las actualizaciones, a menos que jamás conectes tu máquina a internet.
Con los sistemas GNU-Linux (Ubuntu, Lubuntu, etc.) tenés más control: nada sucede sin tu expresa autorización, un bello concepto, que a mi gusto debería extenderse al punto de que todo artefacto cuente obligatoriamente con una llave de corte mecánica.
Pero lo que nunca cambia, que se mantiene constante desde las viejas 386 con DOS, o incluso antes, en la época en que para usar cada programa había que correr un dikette de 5" 1/4, lo que se mantiene inalterable por generaciones, es la necesidad patológica de fijar la vista en la barra de progreso para tratar de moverla con la mente.
Hay que recordar que se han realizado extensos experimentos sobre esto, con resultados negativos. No sólo tratando de mover burdos objetos sólidos, sino también de manipular mentalmente mecanismos sutiles, del nivel de energía de unos cuantos electrones. Nada se consiguió con eso.
O sí, hay algo que se consigue.
Si uno se esfuerza de manera regular en mover cosas con la mente, lo que hace en realidad es imaginar esos movimientos y al concentrarse, refuerza su atención voluntaria sobre ese movimiento imaginario. Como resultado, la voluntad se termina disociando de la motricidad y se dirige a la imaginación. No es que se vuelva paralítico, pero sí lento de reflejos.
Habría que pensar cuántos problemas se ahorrarían si en lugar de actuar de inmediato, se usara la imaginación...
sábado, 23 de mayo de 2020
jueves, 21 de mayo de 2020
Usar un machete
Cómo es que el nombre del arma principalmente usada para abrirse camino en el monte se convirtió en sinónimo de esos resúmenes minúsculos que se llevan escondidos a los exámenes escolares.
Me lo pregunto muchas veces y cada vez me resigno a no buscar respuestas: intuyo que voy a encontrar principalmente bolazos.
Hay un mundo de palabras-clave creadas para comunicarse clandestinamente en entornos vigilados, que al final todo el mundo conoce, así que no ocultan nada, pero es imposible abandonar. Y estamos seguros de que son elegidas en el origen por su falta aparente de relación con el objeto designado.
No todo machete es un papelito pequeño: en segundo año dibujamos el mapa de europa en el cielorraso del aula, un eficaz machete colaborativo.
La mejor historia de un machete es la que me contó mi hermano: se esforzó tanto resumiendo y organizando una unidad de Educación Cívica, que el día de la prueba descubrió que se sabía todo de memoria.
Yo no me confío tanto.
Me lo pregunto muchas veces y cada vez me resigno a no buscar respuestas: intuyo que voy a encontrar principalmente bolazos.
Hay un mundo de palabras-clave creadas para comunicarse clandestinamente en entornos vigilados, que al final todo el mundo conoce, así que no ocultan nada, pero es imposible abandonar. Y estamos seguros de que son elegidas en el origen por su falta aparente de relación con el objeto designado.
No todo machete es un papelito pequeño: en segundo año dibujamos el mapa de europa en el cielorraso del aula, un eficaz machete colaborativo.
La mejor historia de un machete es la que me contó mi hermano: se esforzó tanto resumiendo y organizando una unidad de Educación Cívica, que el día de la prueba descubrió que se sabía todo de memoria.
Yo no me confío tanto.
Comida enlatada
La comida enlatada tiene siempre el mismo gusto de fondo, el gusto a lata, que debe ser del conservante, pero te dice que estás comiendo algo enlatado. Duraznos en almíbar, arvejas, atún, paté, palmitos. Los porotos en lata son bastante buenos, salvo por esa baba que se junta en el fondo.
Hubo un tiempo en que esto fué una tecnología de punta, y la hojalata era el rey. Bodegas inmensas, barcos a vela, barcos a vapor cargados de comida en latas. Sin forzar la imaginación, se puede presentir a los ingenieros del 1900 proyectando sus sueños más delirantes acerca de enlatar las cosas más inverosímiles.
Se enlataba el combustible también, como ahora la pintura. Se enlataría el perfume y quizás el arte.
Los primeros viajero del espacio llevarían latas con tiendas inflables para habitar venus.
Por supuesto, la única forma verdadera de participar en este ensueño industrial es comer directo del recipiente, sin preocuparse de los bordes filosos.
Olvídense de las bebidas en lata: eso es aluminio, envases aerodínámicos del tiempo de los aviones supersónicos, bebida para sentirse Top Gun.
Cosa moderna.
Hubo un tiempo en que esto fué una tecnología de punta, y la hojalata era el rey. Bodegas inmensas, barcos a vela, barcos a vapor cargados de comida en latas. Sin forzar la imaginación, se puede presentir a los ingenieros del 1900 proyectando sus sueños más delirantes acerca de enlatar las cosas más inverosímiles.
Se enlataba el combustible también, como ahora la pintura. Se enlataría el perfume y quizás el arte.
Los primeros viajero del espacio llevarían latas con tiendas inflables para habitar venus.
Por supuesto, la única forma verdadera de participar en este ensueño industrial es comer directo del recipiente, sin preocuparse de los bordes filosos.
Olvídense de las bebidas en lata: eso es aluminio, envases aerodínámicos del tiempo de los aviones supersónicos, bebida para sentirse Top Gun.
Cosa moderna.
martes, 19 de mayo de 2020
Definir la libertad
Bueno, esto parecía una tarea imposible desde el vamos. Los filósofos, con o sin conocimiento de la realidad humana, se pasan años investigando antes de emitir opinión, para terminar escapando por la tangente.
Ya no se puede ir por la vida alegremente con frases al estilo de Rousseau "el hombre ha nacido libre y en todas partes está encadenado" porque esto de que la libertad sea simplemente la carencia de cadenas, es algo que no se aprecia si no estás atado por suficiente tiempo.
Por esto, como en otras tareas destinadas al fracaso, lo mejor es darle un espacio mínimo. No nada de espacio, porque eso haría que persista en la memoria próxima distrayendo, colándose en los momentos más inoportunos.
Cualquier definición sirve, porque la libertad es libre.
Ya no se puede ir por la vida alegremente con frases al estilo de Rousseau "el hombre ha nacido libre y en todas partes está encadenado" porque esto de que la libertad sea simplemente la carencia de cadenas, es algo que no se aprecia si no estás atado por suficiente tiempo.
Por esto, como en otras tareas destinadas al fracaso, lo mejor es darle un espacio mínimo. No nada de espacio, porque eso haría que persista en la memoria próxima distrayendo, colándose en los momentos más inoportunos.
Cualquier definición sirve, porque la libertad es libre.
lunes, 18 de mayo de 2020
Sueños ajenos
No hay fantasía que no nos llegue previamente contada. Si nos fijamos, hay tanto acumulado desde el principio de la historia, que nacemos sobre un colchón de aventuras imaginarias. Por ejemplo, un cuento ¿cuantas veces se repitió cuando lo escuchamos? Del sexo ni hablemos, si no fuera por los comentarios, los dobles sentidos y los secretos susurrados, no sé si tendríamos idea de qué hacer. Tampoco tenemos mucha idea, al fin.
Y las cosas bellas, las personas que nos gustan, tienen atrás milenios de arte para llegar a su forma actual.
Dentro de ese revoltijo de saldos fantásticos, cada uno mete la mano y se queda con algún hilo enganchado. La vida te muestra un montón de cosas, como un vendedor ambulante que trata de colocar sus piezas. Muchas veces nos pasa que vemos mejor lo que otros eligen, y eso es como ponerle un catalejo al deseo. Pero las verdad es que en el fondo hay algún trapito que queremos más que al resto. Algún trapito sucio, ya que estamos, que es el que importa, aunque a veces creemos que no, pero ahí está el único camino a la felicidad.
Y ese trapito, ése también es un sueño ajeno.
Y las cosas bellas, las personas que nos gustan, tienen atrás milenios de arte para llegar a su forma actual.
Dentro de ese revoltijo de saldos fantásticos, cada uno mete la mano y se queda con algún hilo enganchado. La vida te muestra un montón de cosas, como un vendedor ambulante que trata de colocar sus piezas. Muchas veces nos pasa que vemos mejor lo que otros eligen, y eso es como ponerle un catalejo al deseo. Pero las verdad es que en el fondo hay algún trapito que queremos más que al resto. Algún trapito sucio, ya que estamos, que es el que importa, aunque a veces creemos que no, pero ahí está el único camino a la felicidad.
Y ese trapito, ése también es un sueño ajeno.
domingo, 17 de mayo de 2020
Repasar
Hay cosas que uno sabe desde siempre. Cada tanto uno se encuentra con personas equivocadas y casi siempre, salvo que uno sea un pedante insoportable, se deja que sigan con sus ideas, a menos que se trate de un asunto de interés directo.
Pero al fin, es inevitable pisar el palito y confrontar. Hay gente que también está muy segura de lo que piensa, y tiene sus motivos. Y en este grupo, no falta quien insista en querer corregirnos.
Y acá empieza el problema: de las cosas que se saben hace mucho, ya se ha olvidado el fundamento, porque el saber se automatiza y el conocimiento pasa a funcionar como un prejuicio.
No está mal, los prejuicios ahorran muchísimo tiempo y energía.
Pero cuando se quiere argumentar, nos quedamos cortos ¿quién necesita argumentar que dos y dos son cuatro? Creo que todo ser honesto se siente en falta cuando toma conciencia de que tiene incorporado un prejuicio.
Bueno, un camino es reafirmarse y reduplicar el prejuicio, sentenciando el tema a cerrarse para siempre. Y el camino largo, que es repasar, reconstruir cómo se llegó a tal saber, y buscar nueva información.
De paso, entre que uno investiga, se pasa el momento de contestar, y la discusión se olvida.
Pero al fin, es inevitable pisar el palito y confrontar. Hay gente que también está muy segura de lo que piensa, y tiene sus motivos. Y en este grupo, no falta quien insista en querer corregirnos.
Y acá empieza el problema: de las cosas que se saben hace mucho, ya se ha olvidado el fundamento, porque el saber se automatiza y el conocimiento pasa a funcionar como un prejuicio.
No está mal, los prejuicios ahorran muchísimo tiempo y energía.
Pero cuando se quiere argumentar, nos quedamos cortos ¿quién necesita argumentar que dos y dos son cuatro? Creo que todo ser honesto se siente en falta cuando toma conciencia de que tiene incorporado un prejuicio.
Bueno, un camino es reafirmarse y reduplicar el prejuicio, sentenciando el tema a cerrarse para siempre. Y el camino largo, que es repasar, reconstruir cómo se llegó a tal saber, y buscar nueva información.
De paso, entre que uno investiga, se pasa el momento de contestar, y la discusión se olvida.
sábado, 16 de mayo de 2020
Hacer todo bailando
Bien o mal, cuando se tiene la música en los huesos uno baila de acá para allá. Si la música no se te mete adentro y te hace bailar, no sirve para nada. Lo mejor es aprender, escuchar y tocar mucho, siempre cosas que den ganas de moverse, girar, saltar y patalear.
Un poco decadente y kitsch, con posibles efectos secundarios de querer comer manzanas envenenadas, despertarse con besos y hablar con pequeños animales y plagas.
Una cosa es garantizada: nunca más te vas a tomar en serio a vos mismo.
viernes, 15 de mayo de 2020
Ser maleducado
Hay muchas formas de ser maleducado, que pueden estar bien o mal, según el contexto. Lamentablemente hay casos en que si no se levanta un poco de roncha, las cosas no se resuelven.
Pero lo más interesante son las ocasiones en que ser maleducado depende del efecto que causa en el otro. Hace falta que el destinatario, el espectador se indigne, se ofenda, para que cuente como mala educación. Es indiferente si la respuesta viene de un interlocutor o de un testigo casual.
Pero aun cuando los ofendidos son extraños, no deja de haber una intención, un cálculo de ser maleducado ¿Será cierto que los demás interpretan más la intención que la palabras? Pero entonces, la intención es en realidad el efecto de lo supuesto por los demás.
De hecho...
Pero lo más interesante son las ocasiones en que ser maleducado depende del efecto que causa en el otro. Hace falta que el destinatario, el espectador se indigne, se ofenda, para que cuente como mala educación. Es indiferente si la respuesta viene de un interlocutor o de un testigo casual.
Pero aun cuando los ofendidos son extraños, no deja de haber una intención, un cálculo de ser maleducado ¿Será cierto que los demás interpretan más la intención que la palabras? Pero entonces, la intención es en realidad el efecto de lo supuesto por los demás.
De hecho...
miércoles, 13 de mayo de 2020
Pedir plata
Empiezo por contar que casi nunca le doy plata a la gente que pide por la calle. Y no e falta de empatía, alguna vez me quedé varado y tuve que pedir monedas entre la gente para volver a casa.
También, ocasionalmente, supe lo que se siente no tener nada de plata. Pero nada es ni monedas para el colectivo. Y no saber si vas a conseguir.
Pero también conocí gente que pide en la calle y cuando te entendés la vida y cultura de los pícaros propiamente dichos, bueno, digamos que empezás a sentir desconfianza.
Otro motivo, y quizás esto se relaciona justamente con haber sido parte del grupo de los que piden, es que está como implícito que la caridad es un vicio de los que tienen de sobra. "Que ellos den".
Sin llegar a estar en situación de extrema necesidad, puede pasar que se necesite plata por un evento desafortunado. Por ejemplo, pagar un sepelio ¿a cuánto está ahora? Ahí se ve la fuerza que tuvieron las viejas Sociedades de Socorros Mutuos, originadas en la necesidad de tener un fondo común para pagar los entierros. Hoy nadie se acuerda de eso, hasta que te pasa.
También puede pasar, y es más frecuente, que haya algo bueno para hacer, una oportunidad a destiempo de tus ahorros. Ahí está bueno tener amigos con plata, por eso la gente manda a sus hijos a colegios caros.
Las redes cambiaron todo, dicen. Ahora no se pide en la calle, no se hacen sociedades: se pide en las redes, con posteos, microfunding, patreones y scam. De vuelta, te encontrás de todo.
Pero no hay como pedir en persona, interpelar al amigo, familiar o desconocido con un pedido casi tan íntimo como el sexo:
Quiero tu plata.
También, ocasionalmente, supe lo que se siente no tener nada de plata. Pero nada es ni monedas para el colectivo. Y no saber si vas a conseguir.
Pero también conocí gente que pide en la calle y cuando te entendés la vida y cultura de los pícaros propiamente dichos, bueno, digamos que empezás a sentir desconfianza.
Otro motivo, y quizás esto se relaciona justamente con haber sido parte del grupo de los que piden, es que está como implícito que la caridad es un vicio de los que tienen de sobra. "Que ellos den".
Sin llegar a estar en situación de extrema necesidad, puede pasar que se necesite plata por un evento desafortunado. Por ejemplo, pagar un sepelio ¿a cuánto está ahora? Ahí se ve la fuerza que tuvieron las viejas Sociedades de Socorros Mutuos, originadas en la necesidad de tener un fondo común para pagar los entierros. Hoy nadie se acuerda de eso, hasta que te pasa.
También puede pasar, y es más frecuente, que haya algo bueno para hacer, una oportunidad a destiempo de tus ahorros. Ahí está bueno tener amigos con plata, por eso la gente manda a sus hijos a colegios caros.
Las redes cambiaron todo, dicen. Ahora no se pide en la calle, no se hacen sociedades: se pide en las redes, con posteos, microfunding, patreones y scam. De vuelta, te encontrás de todo.
Pero no hay como pedir en persona, interpelar al amigo, familiar o desconocido con un pedido casi tan íntimo como el sexo:
Quiero tu plata.
martes, 12 de mayo de 2020
Dibujar fractales
Olvídense de los mandalas: la neta son los fractales!
Vamos a ver: el mandala como diseño es una forma cerrada, que se reenvía constantemente a sí misma. No se puede imaginar una mejor imagen para el mito individualista de occidente. Ni siquiera hace falta meterse con el hecho de que los mandalas recuerdan sobre todo el eterno retorno de lo igual (una idea oriental y degenerada, en el más nazi de los sentidos) y promueve la conformidad con el ciclo de las reencarnaciones, encadenando el espíritu en el samsara.
Miren en cambio los fractales: repetición y sublimación de lo absurdo como la vida misma. Las formas pueden rotar, oscilar, proliferando siempre y en todas direcciones.
Dibujando fractales la mente no se vacía: se desintegra. Qué quede después, no importa. Tal vez una especie de fractal unidimensional recapitulando los movimientos de una torre de hanoi.
Mientras la mente se diluye, el cuerpo puede ponerse en marcha.
Vamos a ver: el mandala como diseño es una forma cerrada, que se reenvía constantemente a sí misma. No se puede imaginar una mejor imagen para el mito individualista de occidente. Ni siquiera hace falta meterse con el hecho de que los mandalas recuerdan sobre todo el eterno retorno de lo igual (una idea oriental y degenerada, en el más nazi de los sentidos) y promueve la conformidad con el ciclo de las reencarnaciones, encadenando el espíritu en el samsara.
Miren en cambio los fractales: repetición y sublimación de lo absurdo como la vida misma. Las formas pueden rotar, oscilar, proliferando siempre y en todas direcciones.
Dibujando fractales la mente no se vacía: se desintegra. Qué quede después, no importa. Tal vez una especie de fractal unidimensional recapitulando los movimientos de una torre de hanoi.
Mientras la mente se diluye, el cuerpo puede ponerse en marcha.
lunes, 11 de mayo de 2020
Hacer listas de cosas
Listas improvisadas, que no sirven para nada. Listas exhaustivas, que parecen cosas vivas.
Listas de regalos, para los nenes malos. Listas de los mandados, para gastar lo mal ganado.
Listas en cartulina, con cosas que nadie adivina.
Listas letra chica, que hace la gente rica. Listas de amigos sanos, escritas a cuatro manos. Listas de conveniencia, para perder la paciencia.
Listas chicas y grandes, listas de pasos de los Andes. Listas de artistas viejos, compendios de catalejos.
Listas para salvarse, y también para bañarse. Listas de caminantes, que se ponen irritantes.
Listas hechas con esmero, que ocupan el día entero.
Listas hechas con birome, con firuletes enormes. Listas con ironía, preciosas listas de librería.
domingo, 10 de mayo de 2020
Peticionar a las autoridades
Hoy en día las autoridades tienen cuenta en todas las redes sociales. No sólo eso, sino que todo el mundo está de acuerdo en que sus cuentas oficiales no tienen derecho a bloquear usuarios. Así que la mesa de entradas está abierta y a sólo un "enviar" de distancia. Por supuesto que el mejor día es el domingo: es el día en que la mayoría descansa, y las bandejas de entrada se llenan de notificaciones.
Podrá parecer que nadie va a leer esos petitorios, pero "si todos los chinos dan una patada en el suelo al mismo tiempo"... Magia! Camuflaje social.
Podrá parecer que nadie va a leer esos petitorios, pero "si todos los chinos dan una patada en el suelo al mismo tiempo"... Magia! Camuflaje social.
sábado, 9 de mayo de 2020
viernes, 8 de mayo de 2020
Humor negro
Un humor negro, eso es literalmente la melancolía. Y parece que la única salida del humor negro es el humor negro propiamente. Se dice que no todo el mundo puede apreciar el humor negro, yo digo que toda capacidad se puede ejercitar y desarrollar. Puede que haya casos irrecuperables, pero serán muchos más si no se hace el intento.
Los fracasos tienen que ver sobre todo con la falta de criterio didáctico: es archisabido que si a una persona le plantean una tarea muy por encima de su capacidad, nunca la aprende. Hay que ir de a poco, estirando la tolerancia a lo macabro, a la falta de respeto por la desgracia, para llegar a percibir los beneficios de la risa.
No es cosa de encender la luz mientras te chupan la pija y encontrar en la mesa de luz un ojo de vidrio.
Los fracasos tienen que ver sobre todo con la falta de criterio didáctico: es archisabido que si a una persona le plantean una tarea muy por encima de su capacidad, nunca la aprende. Hay que ir de a poco, estirando la tolerancia a lo macabro, a la falta de respeto por la desgracia, para llegar a percibir los beneficios de la risa.
No es cosa de encender la luz mientras te chupan la pija y encontrar en la mesa de luz un ojo de vidrio.
jueves, 7 de mayo de 2020
Aprender un ritmo
Casi todos los músicos creen que su instrumento es el más piola. Algunos tienen razones para agrandarse, como los pianistas: el teclado es casi universal, permite todo en materia de composición, y se presta tanto al rol de acompañante como al de solista. Pero en cuanto a desproporción, no hay quien pueda con los percusionistas. Todos parecen creer que lo suyo es no sólo lo más atractivo, sino también lo más didáctico y accesible que existe. Y así hay que ver cómo se entusiasman queriendo hacernos entrar unos engendros de secuencias rítmicas que desafían nuestro sentido de coordinación natural y solamente suenan bien debajo de un colchón de música producida por otros instrumentos.
A no desesperarse, siempre se debe acudir a los grandes maestros, que, aunque la posmodernidad no lo crea, tienen respuestas para casi todo, porque la humanidad es idiota y se tropieza una y otra vez con los mismos problemas.
Para la ocasión, necesitamos al genio de Aroldo Pintos, un señor capaz de hacer que cualquiera aprenda a tocar una chacarera o una zamba. Y eso que son ritmos nada sencillos.
Para lograr esto, tradujo los ritmos en frases fáciles, pregnantes. El ritmo de chacarera es "papito papá, papito papá" ¿ven? Ya lo tienen.
Así es como hay que hacer con cualquiera de estos engendros progres que se les ocurren a los percusionistas.
miércoles, 6 de mayo de 2020
Dejar que otro pelee
Todos los que tuvieron un padre que hizo la colimba saben aquello de que "el soldado no necesita huevos, sino obediencia". Hasta ahí llega el sentido castrense de lo ingenioso. Pero no deja de ser una gran verdad del oficio miliar desde, como mínimo, Sócrates. Para los generales, los mejores soldados son los que pelean cuando y como se les dice, y sobre todo, los que pueden quedarse quietos.
Como todo esto entra en contradicción con la cultura del coraje que nos meten en la cabeza desde que podemos entender un dibujito animado, tratan de ponerle humor a la cosa para que encaje.
Demás está decir que no hace falta haber hecho el servicio militar para terminar metido en ese brete. Se puede sospechar que esto es la causa de que cada vez que nos toca elegir con cierta libertad, nos comportamos como verdaderos cobardes, sin valor ni lealtad, y corremos a tomar el primer atajo que nos prometa volver a quedar obligados.
Pero afortunadamente no somos tan libres. Por lo regular nos gobierna el imperativo de no dejarnos pisotear, de sostener nuestra posición hasta el último hombre, y damos todas las inútiles batallas del día.
Hoy no, que lo arregle otro.
Como todo esto entra en contradicción con la cultura del coraje que nos meten en la cabeza desde que podemos entender un dibujito animado, tratan de ponerle humor a la cosa para que encaje.
Demás está decir que no hace falta haber hecho el servicio militar para terminar metido en ese brete. Se puede sospechar que esto es la causa de que cada vez que nos toca elegir con cierta libertad, nos comportamos como verdaderos cobardes, sin valor ni lealtad, y corremos a tomar el primer atajo que nos prometa volver a quedar obligados.
Pero afortunadamente no somos tan libres. Por lo regular nos gobierna el imperativo de no dejarnos pisotear, de sostener nuestra posición hasta el último hombre, y damos todas las inútiles batallas del día.
Hoy no, que lo arregle otro.
lunes, 4 de mayo de 2020
Meterse en camisa de once varas
Uno es amo de lo que calla y esclavo de lo que dice. Pero nadie es amo para siempre, y po más que se esfuerce termina abriendo la boca y hablando de más.
Es como en el dilema del prisionero y el carcelero: si el carcelero se duerme, el preso se escapa. Luego, en la medida en que la motivación del preso es una fuerza absoluta, y la del guardia es relativa, porque es un tema entre otros, en algún momento va a fallar la vigilancia, y el impulso hacia la libertad, que no falla nunca va a liberar al prisionero.
Así, la dialéctica del amo y el esclavo nos condena a meter la pata.
Otro impulso que nunca duerme es el de alguna gente por endilgarle tareas al prójimo. Créanlo: son como aves de presa, detectan a kilómetros al gil que está a boyando al pedo y a punto de ofrecerse para dar una mano. Se precipitan como el destino sobre el desdichado y lo convierten en su sirviente.
Es inútil resistir, contenerse, no se cura con psicoanálisis, pastillas, PNL, mindfulness, mindblowing, blowjobbing, ni con TCC, TEC, CCCP o reforma del pensamiento.
Si acaso nos queda juntarnos a lamentar y comparar.
Y vos ¿en que quilombo te metiste hoy?
Es como en el dilema del prisionero y el carcelero: si el carcelero se duerme, el preso se escapa. Luego, en la medida en que la motivación del preso es una fuerza absoluta, y la del guardia es relativa, porque es un tema entre otros, en algún momento va a fallar la vigilancia, y el impulso hacia la libertad, que no falla nunca va a liberar al prisionero.
Así, la dialéctica del amo y el esclavo nos condena a meter la pata.
Otro impulso que nunca duerme es el de alguna gente por endilgarle tareas al prójimo. Créanlo: son como aves de presa, detectan a kilómetros al gil que está a boyando al pedo y a punto de ofrecerse para dar una mano. Se precipitan como el destino sobre el desdichado y lo convierten en su sirviente.
Es inútil resistir, contenerse, no se cura con psicoanálisis, pastillas, PNL, mindfulness, mindblowing, blowjobbing, ni con TCC, TEC, CCCP o reforma del pensamiento.
Si acaso nos queda juntarnos a lamentar y comparar.
Y vos ¿en que quilombo te metiste hoy?
domingo, 3 de mayo de 2020
Navegar
Un día ocioso, el aire tibio, la brisa leve. Las aguas calmas en todo el orbe.
Las naves están aparejadas y llenas las bodegas esperando la orden de levar anclas.
Sólo falta que tomes impulso y abordes.
No hace falta más que cruzar la pasarela y acomodar el equipaje en algún rincón.
La sed de viajar no nace de la falta de raíces, sino de la oportunidad.
No ha habido ni habrá en la historia un día como hoy para subirse al velero, gomón, yate oceanográfico o tabla de barrenar. Es el día en que está escrito que todas las aventuras llegarán a buen puerto.
Es como el San Martín de los días predestinados para salir a navegar, pero nadie puede hacerlo.
Vas entendiendo.
Las naves están aparejadas y llenas las bodegas esperando la orden de levar anclas.
Sólo falta que tomes impulso y abordes.
No hace falta más que cruzar la pasarela y acomodar el equipaje en algún rincón.
La sed de viajar no nace de la falta de raíces, sino de la oportunidad.
No ha habido ni habrá en la historia un día como hoy para subirse al velero, gomón, yate oceanográfico o tabla de barrenar. Es el día en que está escrito que todas las aventuras llegarán a buen puerto.
Es como el San Martín de los días predestinados para salir a navegar, pero nadie puede hacerlo.
Vas entendiendo.
sábado, 2 de mayo de 2020
Arrepentirse de lo irremediable
Ese día vino a verme y lo primero que dijo fué "No sé a qué vine".
Fué el mayor acto de sumisión que alguien me haya dedicado, y por supuesto, decidí no aprovecharme.
Nuestras decisiones parecen importantes en el momento, pero no: las acciones que tienen consecuencias duraderas son las que se sostienen de manera duradera y consistente. Ningún destino se forjó en un instante, ningún karma se construye con un soplo de la voluntad.
Entonces uno se da cuenta de todas las oportunidades perdidas por escrúpulos estúpidos.
Si hubiera salido a bailar esa noche. Si no hubiera bailado esa otra noche. Si hubiera llamado, si me hubiera quedado.
Decía que nada durable se hace de repente, pero lo contrario es cierto: mucho puede deshacerse, en especial las cosas que todavía no llegaron a ser. Una destrucción masiva y constante de potencialidades. Besos que no se dieron, carreras que no largaron, asados que nadie comió.
Arrepentirse no cambia nada, pero aquellas omisiones tampoco, así que mejor hacerlo de una vez.
Fué el mayor acto de sumisión que alguien me haya dedicado, y por supuesto, decidí no aprovecharme.
Nuestras decisiones parecen importantes en el momento, pero no: las acciones que tienen consecuencias duraderas son las que se sostienen de manera duradera y consistente. Ningún destino se forjó en un instante, ningún karma se construye con un soplo de la voluntad.
Entonces uno se da cuenta de todas las oportunidades perdidas por escrúpulos estúpidos.
Si hubiera salido a bailar esa noche. Si no hubiera bailado esa otra noche. Si hubiera llamado, si me hubiera quedado.
Decía que nada durable se hace de repente, pero lo contrario es cierto: mucho puede deshacerse, en especial las cosas que todavía no llegaron a ser. Una destrucción masiva y constante de potencialidades. Besos que no se dieron, carreras que no largaron, asados que nadie comió.
Arrepentirse no cambia nada, pero aquellas omisiones tampoco, así que mejor hacerlo de una vez.
viernes, 1 de mayo de 2020
Sentir autocompasión
La moralina del heroísmo vecinal dice que una persona madura no debe sentir lástima de sí misma. No hay que darle muchas vueltas, es siempre la misma arenga de las clases de educación física "levantate y seguí corriendo". Lo que todas esas frases motivadoras dicen es claramente, por más que se esfuercen en maquillarlo, "no seas mariquita".
Está muy bien que tengamos objetivos, y que nos identifiquemos con ideales, bueno, es inevitable. Pero una cosa es que algo pase, y muy otra que nos dejemos llenar la cabeza, o peor, hacerse militante del lecho de Procusto.
Curiosamente, y no tan curiosamente, son estas mismas doctrinas las que promueven que se impulse a los niños a autoconsolarse ¿En qué quedamos? ¿Hay que arreglarse solo pero no se puede sentir lástima por uno mismo?¡No hay forma de hacer eso!
Sí que hay, y casi todos la encuentran: convertirse en su propio verdugo, identificarse con esa voz que te exige ser maduro, ser tu propio sargento.
Realmente hay que tomarse un día, mirar todo el daño que nos hemos hecho a lo largo del crecimiento, y sentirse muy apenado, porque ya está hecho y no hay vuelta atrás.
Está muy bien que tengamos objetivos, y que nos identifiquemos con ideales, bueno, es inevitable. Pero una cosa es que algo pase, y muy otra que nos dejemos llenar la cabeza, o peor, hacerse militante del lecho de Procusto.
Curiosamente, y no tan curiosamente, son estas mismas doctrinas las que promueven que se impulse a los niños a autoconsolarse ¿En qué quedamos? ¿Hay que arreglarse solo pero no se puede sentir lástima por uno mismo?¡No hay forma de hacer eso!
Sí que hay, y casi todos la encuentran: convertirse en su propio verdugo, identificarse con esa voz que te exige ser maduro, ser tu propio sargento.
Realmente hay que tomarse un día, mirar todo el daño que nos hemos hecho a lo largo del crecimiento, y sentirse muy apenado, porque ya está hecho y no hay vuelta atrás.
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