martes, 12 de mayo de 2020

Dibujar fractales

Olvídense de los mandalas: la neta son los fractales!
Vamos a ver: el mandala como diseño es una forma cerrada, que se reenvía constantemente a sí misma. No se puede imaginar una mejor imagen para el mito individualista de occidente. Ni siquiera hace falta meterse con el hecho de que los mandalas recuerdan sobre todo el eterno retorno de lo igual (una idea oriental y degenerada, en el más nazi de los sentidos) y promueve la conformidad con el ciclo de las reencarnaciones, encadenando el espíritu en el samsara.
Miren en cambio los fractales: repetición y sublimación de lo absurdo como la vida misma. Las formas pueden rotar, oscilar, proliferando siempre y en todas direcciones.
Dibujando fractales la mente no se vacía: se desintegra. Qué quede después, no importa. Tal vez una especie de fractal unidimensional recapitulando los movimientos de una torre de hanoi.
Mientras la mente se diluye, el cuerpo puede ponerse en marcha.


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