sábado, 23 de mayo de 2020

Practicar la telekinesia

Cada tanto, no tanto, la pc pide actualizar. En el caso de Windows es un proceso peligroso, que puede causar la muerte súbita del sistema, a poco aque a los gurúes de la ofimática se les escape una línea de código incompatible con tu versión del sistema operativo, o con tu hardware. Con el W10 el problema es crítico, ya que no existe forma de impedir las actualizaciones, a menos que jamás conectes tu máquina a internet.
Con los sistemas GNU-Linux (Ubuntu, Lubuntu, etc.) tenés más control: nada sucede sin tu expresa autorización, un bello concepto, que a mi gusto debería extenderse al punto de que todo artefacto cuente obligatoriamente con una llave de corte mecánica.
Pero lo que nunca cambia, que se mantiene constante desde las viejas 386 con DOS, o incluso antes, en la época en que para usar cada programa había que correr un dikette de 5" 1/4, lo que se mantiene inalterable por generaciones, es la necesidad patológica de fijar la vista en la barra de progreso para tratar de moverla con la mente.
Hay que recordar que se han realizado extensos experimentos sobre esto, con resultados negativos. No sólo tratando de mover burdos objetos sólidos, sino también de manipular mentalmente mecanismos sutiles, del nivel de energía de unos cuantos electrones. Nada se consiguió con eso.
O sí, hay algo que se consigue.
Si uno se esfuerza de manera regular en mover cosas con la mente, lo que hace en realidad es imaginar esos movimientos y al concentrarse, refuerza su atención voluntaria sobre ese movimiento imaginario. Como resultado, la voluntad se termina disociando de la motricidad y se dirige a la imaginación. No es que se vuelva paralítico, pero sí lento de reflejos.
Habría que pensar cuántos problemas se ahorrarían si en lugar de actuar de inmediato, se usara la imaginación...

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