lunes, 25 de mayo de 2020

Tolerar abusos

"Esto lo he hecho yo -dice mi memoria. Esto no puedo haberlo hecho yo -dice mi orgullo" ¿Por qué esto pasa más a menudo de lo que nos gustaría? Pues porque el orgullo es un mal criterio para la toma de decisiones. En realidad, sólo es un problema de apariencias, y sólo debería ser tenido en cuenta cuando las apariencias lo son todo. Por ejemplo, cuando los artistas se pelean por problemas de cartel, no están siendo caprichosos, ni mucho menos inmaduros: están haciendo lo más adecuado y pertinente para su carrera profesional.
Para el resto de la vida, elegir conforme al orgullo es un lujo, una excepción a la regla.
¿Porqué el autoengaño, entonces? O bien no se termina de reconocer la fuerza de la necesidad, o bien nos manejan otros imperativos.
Ya en otros casos propusimos hacer voluntaria e intencionalmente las cosas que en general se hacen de manera automática, y esta no es la excepción. Además de liberarse de esas pequeñas sumisiones, se trata de hacerse fuerte frente a las fuerza desestabilizadora de la gente desubicada, que por ejemplo te llama un feriado con la cantinela de "ay, no quiero molestarte en un feriado..."

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