sábado, 12 de diciembre de 2020

Hacer un mapa

Por más que la cartografía sea una disciplina más vieja que el mapamundi, la costumbre de hacer mapas y planitos no fué popular hasta un punto preciso de la historia.
Es como el amor romántico, inventado por Enrique Plantagenet y Eleonor de Aquitania. Antes de ellos la gente se calentaba, o se pretendía, como Alcibíades a Sócrates, o se casaba y hasta se tenía cariño, pero no tenían esta novela que tenemos ahora.
De la misma manera, aunque Euclides vivió hace como dos mil cuatrocientos años, todavía en la edad media hacían las catedrales sin un plano: las iban dibujando directamente en el piso. 
No quisiera tener que recordar que El Nombre de la Rosa, con su laberinto de crucigramas, se escribió en el siglo veinte.
Parece que los mapas eran algo tipo secreto de estado, una verdadera "tecnología de representación" como se llama ahora el dibujo técnico. De ahí viene la tradición de la gente de gobierno de sacarse fotos señalando un mapa.
Ahora hacemos planos, croquis, guías de rutas, mapas políticos, google maps, etcétera. Todos estos artilugios populares, son una y la misma cosa: mapas del tesoro.
Quién sabe qué sería de nosotros si no fuera por R. L. Stevenson.

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