martes, 22 de diciembre de 2020

Resistir ahora y siempre al invasor

Los entendidos saben de qué estoy hablando. Ironía platear como cosa de hoy algo que se debe mantener sin pausa. Es como el problema del carcelero que debe vigilar al condenado pero invertido: con sólo que cierre los ojos un momento, el otro logra su cometivo, porque su voluntad no tiene pausa.
¿Porqué debo creer que los invasores nunca dejan de intentar?¿No es un pensamiento paranoico creer que los imperios viven acechando la más mínima oportunidad de avanzar sobre la soberanía y los derechos ajenos?
No, y se demuestra fácilmente:
¿Cómo llega una organización a convertirse en potencia? En el mundo real, sólo lo puede hacer desplazando a otras potencias. Esto es imposible sin una conducta consecuente y constante de aprovechar cada oportunidad para acumular más poder.
¿Cómo hace una organización para tener un comportamiento sostenido? Desarrollando estructuras que aseguren ese comportamiento: las que llamamos instituciones, que tienen su dimensión material tanto como simbólica. Sin instituciones ninguna organización humana dura más de una generación. En una generación no se puede llegar a potencia.
Como se ve, cualquier potencia que exista en un momento dado de la historia, tiene necesariamente que ser un invasor.
Y uno bueno.
Cocodrilo que se duerme, es cartera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario