domingo, 5 de julio de 2020

Amenazas

Si tenés que amenazar a alguien, tiene que ser a los gritos y con testigos: si te denuncian, alegás emoción violenta, estabas muy enojado y dijiste cualquier cosa.
Cuando las amenazas son en serio, los mafiosos organizados no suelen decir "te vamos a hacer esto, o aquello", sino "sabemos esto y esto de vos, de las personas que te importan". Te muestran el alcance de su poder para que te hagas preguntas. Como cuando Mike Corleone lleva al hermano de Pantángeli al juicio: si decir nada, le dan un mensaje muy claro.
Los que se creen más vivos que los mafiosos, puede que manden sicarios a amenazar con un estilo pandillesco, creyendo que luego van a poder desentenderse porque esos sicarios les van a tener miedo. Luego resulta que los delincuentes no son controlables por el miedo, ni al daño físico ni a las consecuencias legales, porque son parte de su cotidianeidad y no serían delincuentes si les hicieran mella, para empezar.
La única manera de amenazar con eficacia es cuando se tiene el respaldo de un poder incontrastable.
Pero también el poder se pierde, así que al final, lo mejor es hacerse el loco.

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