jueves, 9 de julio de 2020

Mirar dibujitos

Dibujitos. No digan animé, por favor, mucho menos catoons: si hay algo peor que el esnobismo es el consumo vergonzante que reniega de los placeres simples.
Aunque los dibujitos de simples no tienen nada. Y eso que ya no se hace la animación cuadro por cuadro a mano, qué tortura. Aunque tengan computadoras que hacen "solas" el trabajo, hacer un dibujito decente son toneladas de trabajo. Y que hoy en día haya mucho contenido acumulado sólo hace más difícil todo.
Todo lo que ha pasado  por el ojo del espectador promedio de dibujitos, todos los personajes, chistes, clichés que conocemos, hacen que el creador tenga que esforzarse mucho más para no caer en la copia.
La mayoría de los proyectos mueren antes de llegar al piloto (así y todo se escapan algunos que, bueno...).
Todo eso no tiene que hacer tampoco que se tomen en serio los dibujitos, todo lo contrario.
Miren qué grosos los colores de Steven Universe, miren qué locas las historias de Gumball. Las Chicas Superpoderosas nunca defraudan. Star versus las fuerzas del mal sabe las cosas que fantasean las preadolescentes. Y por supuesto, los chistes son graciosos, los adultos son risibles, porque así somos.
Sólo quienes no soportan esta evidencia tienen que encontrar esas vueltas rebuscadas para mirar dibujitos.
Si no hay más remedio...

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