sábado, 11 de julio de 2020

Temer

El miedo no es una acción, claro. Es un sentimiento, un afecto. 
¿Es un impulso, el miedo, desde que nos obliga a hacer cosas? No creo, no siempre nos obliga a hacer, quizás sea mas correcto decir que como toda sensación desagradable, nos motiva a evitarlo. El cómo depende mucho del carácter, y de la historia de cada uno, de cómo lo evitó en el pasado, con qué resultado. 
En ese sentido, el miedo es un gran maestro, somos nosotros quienes tenemos la cabeza dura y reprobamos los exámenes
Según los neurobiólogos de moda, existen dos reacciones básicas ante el miedo: la fuga o el ataque. Como esta gente empieza por aplicar sus prejuicios ideológicos a todo, vamos a desconfiar, y basándonos en la observación, vamos a decir que la primer respuesta es gritar. Claro que gritamos en principio por casi cualquier cosa. Dolor de panza, gritar. Frío, gritar. Golpe, gritar. Ruido fuerte, gritar mucho. Despertarse de golpe, gritar. Y así.
La primer forma de evitación pareciera ser dar vuelta la cara, algo que sirve principalmente para no comer. Es algo misterioso, porque siempre aparece como un rechazo que es registrado como tal por la fuente de alimento. Demasiado complejo para tratarlo ahora.
De las reacciones primarias orientadas al mundo exterior (ya es una licencia hablar de exterior)... de las reacciones motrices, orientadas en el espacio hacia objetos del campo perceptivo, entonces, hay dos que son bastante tempranas: golpear y rascar. Interesan porque antes de poder desplazarse uno mismo con soltura, ya puede llevar la mano al origen de una percepción con la finalidad de cancelar dicha percepción.
Después aparece el agarrar.
Como se ve en un simple pantallazo, lejos de la dicotomía "ataque-fuga", que podría decir Foucault se origina en las tácticas militares, no en la neurología (si le hacemos caso, todo se origina en las tácticas militares, de hecho hoy en día seguimos importando soluciones militares para la vida civil).
El valor también es una respuesta al miedo, es una mutación que hace que el miedo no se sienta, se convierta en estrés. Pero el valor sólo enseña a obedecer, así que nunca nos puede llevar muy lejos.
Cuando alguien se queja de que está estresado, el mejor pronóstico posible es descubrir que en realidad, sólo tiene miedo.
Una vez aclarado eso, hay mucho por hacer, pero ya estamos en el camino correcto.

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