miércoles, 8 de julio de 2020

Ponerse la camiseta

Lema por excelencia de la excelencia corporativa, parece tomado a propósito para inducir la alienación más profunda. Uno siente lástima por qué E. De Bono insiste en usar sombreros para inducir actitudes, cosa tan anacrónica. Si viviera en un país futbolero hubiera tenido mucho más exito, aunque una camiseta sea quizás un poco más dificil de cambiar al paso que un sombrero.
La consecuencia del uso tan frecuente del concepto es que estamos siempre a la defensiva, revisando qué dice cada remera que nos ponemos, no sea cosa de que nos estemos reclutando por descuido. 
De ahí viene que trabajemos con displicencia, que no estemos dispuestos al compromiso ¡Si les das la mano y te comen el hígado!
Hay que elegir con lupa, y eso con suerte, porque puede pasar que te cae la camiseta transpirada y hay que salir nomás, porque el 10 se quebró y todavía queda más de la mitad del segundo tiempo. Colgarse del arco no es una opción. 
Se escupe de costado y se pide la pelota a las puteadas.

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