viernes, 24 de julio de 2020

Drogarse

Cuando se trata de drogas, la gente suele tener un criterio bastante curioso para elegir. No se encuentran adictos que quieran aceptar algo recetado por un médico. Obvio, piensa uno: los remedios son ABURRIDOS, ninguno está pensado para hacerte sentir bien. Las drogas te dan placer sin pensar en las consecuencias. Típico nihilismo extremista de creer que si cuidarse limita las posibilidades de placer, arriesgarse las debería aumentar. Y así por el estilo.
Pero no. Lo que pasa es todo lo contrario: ante el consejo de usar alguna medicación, los habituales de las toxinas más dudosas sienten una invencible preocupación por los EFECTOS SECUNDARIOS.
Lo que las drogas enseñan, y no terminamos de aprender, es la absoluta falta de proporción entre causa y efecto cuando se trata del placer.
El daño, se sabe, se produce por defecto.a

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