martes, 14 de julio de 2020

Ver un documental

Yo viví la época de oro de los documentales. Cousteau, Sagan, La Aventura del Hombre, Raíces.
En cuanto a divulgación científica, vulgo documentales, tuvimos una programación atrapante.
No se aprendía un miserable dato relevante, pero sí que nos convencieron de que la naturaleza es colorida, los negros sufrieron mucho y el espacio es cósmico.
Como no había canales en continuado, y mucho menos videos recomendados por YouTube, había tiempo para ir al kiosko de diarios a comprar fascículos coleccionables y tiras de diapositivas para revivir la hora mágica del documental.
Ahora se puede ver mucho más que culebrones, shows acuáticos y safaris. Se puede escuchar a una vieja que se encamó con Pancho Villa, contar en cuántas partes se rompió el muro de Berlín al caer, y hasta conocer dónde almuerzan los tipos que viven de pescar metales en las alcantarillas de Buenos Aires.
.Siempre, por supuesto, después de comer, de noche y junto al fuego, que es cuando más se disfrutan las historias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario