miércoles, 2 de septiembre de 2020

Cancelar a tiempo

Las horas pasan y el juego se termina. De pronto es tarde y en la mesa solo hay deudas. Un mozo irrespetuoso vuelca las sillas. Te están echando.
Hay mucho ruido en la calle. Son una pocas cuadras pero hay que caminarlas. Las manos en los bolsillos, y cuando llegás, la llamada está perdida.
Dos para cenar y nada que hacer al otro día. Platos sin lavar y ganas de olvidarse de uno mismo. La confianza no siempre está bien depositada.
Historias desconocidas, historias inventadas, ambiciones compartidas entre candidatos. La pelea puede unir o separar, pero no hay quien la esquive. Los chicos crecen y también los problemas.
Nada puede llegar a ser si no hay ese empecinamiento del ser, ese empeño en cumplir un destino. Perder no es tan duro como renunciar. 
Renunciar es la única forma de volver.

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