jueves, 24 de septiembre de 2020

Ladrar

El perro del hortelano no come ni deja comer.
Es como un guardabosques del patrimonio universal. Como se ve, todas referencias al reino vegetal, metáforas acostumbradas que nos hablan de enterrar la batata, chupar los limones, comer la papaya, sentarse en el pepino.
El perro cuida la huerta, protege los frutos pero no puede gozarlos. Y por si esto fuera poco tiene que soportar el desprecio de todos. Una vieja costumbre, esa de poner en la picota los roles esenciales: pasa con los recolectores de basura, con los árbitros de fútbol y con los que la chupan.
En el caso del perro, ni eso tiene.
Porque los perros comen carne, no fruta.

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