viernes, 21 de agosto de 2020

Dormir con la ropa puesta

Nosotros, los rioplatenses, vivimos a la orilla del río más ancho del mundo, un titánico procesador de agua de ciento cincuenta kilómetros de ancho y una profundidad máxima de diez metros, una verdadera lámina de agua que se va oxigenando y decantando por completo sin esfuerzo alguno. No tenemos idea de lo excepcional que es nuestra facilidad para conseguir agua. Estamos tan acostumbrados que para nosotros es algo natural irse a dormir bañaditos cada día. Bueno, hay algunos que prefieren la ducha a la mañana. 
No tener agua corriente ya es un impensable, al punto que nos olvidamos de toda la gente que vive en esas condiciones. Recuérdenlo cuando alguien diga que en la villa viven con lujo porque usan celular.
Lo que trae la cuestión del estilo de dormir, que también depende mucho de la forma de vivir.
Como tenemos cama, sábanas y frazadas, nosotros y nuestros conocidos, ya naturalizamos sacarnos la ropa para acostarnos, algunos toda, algunos casi toda, algunos poniéndose camisón. 
¿Qué problema habría en dormir vestido? Algunos dicen que es incómodo, yo digo que se visten para sufrir. 
Que se arruga la ropa, puede ser, también se arruga bailando.
No bañarse es algo que sólo puede deberse a una negligencia o una privación. En cambio, dormir vestido también es propio de viajeros, de exploradores, de juerguistas.
De astronautas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario