domingo, 2 de agosto de 2020

Pasar factura

Es principio de mes, y es el momento de empezar a cobrar. No está muy claro cuál es la lógica que corresponde, porque tenemos muchos modos de pago sedimentados a lo largo de la historia. Lo que empezó con el intercambio más brutal entre bandas que se desconfiaban hasta del silencio, que pagaban con bloques de sal apoyando las mercaderías en el suelo al mismo tiempo, para evitar que un gesto mal interpretado terminada en batalla sangrienta, se volvió sutil con el uso del papel moneda, ritual con la generalización de los ejércitos profesionales, y mágico con la aparición del débito automático.
Y al parecer, desde que hubo forma, no solo se pagaron las cosas y los tiempos, sino que se dejó constancia de todo. Al punto que pareciera que la primera finalidad de la escritura fué registrar lo pagado y prevenir el fraude.
Será por esa vocación policíaca que el pasar factura tiene tan mala fama? En muchos intercambios se introduce el concepto como una especie de bomba descalificadora, como una recusación inapelable.
Deben ser los mismos que cuando van al psicólogo le preguntan qué está anotando. No les gusta lo escrito porque les quita libertad para mentir, para contarla cambiada.
Volviendo a la factura, se puede hacer a posteriori, simultánea, y o previa, así como los pagos son previos, simultáneos o posteriores a recibir lo pagado.
Desde ya, es evidente que cuando la factura se pasa a posteriori, es porque uno es la parte más débil de la relación. Y es típico reprocharle al débil las cosas que hace por débil, con la finalidad de que nunca salga de ese lugar.

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