sábado, 1 de agosto de 2020

Hacer pizza

Hacer pizza es facilísimo. Tan fácil que no se puede creer que tanta gente diga que le sale mal. Más desconcertante es ver la cantidad de cocineros, algunos muy bien formados, que hacer cualquier cosa menos pizza.
Me gusta jugar con la idea de que existe una especie de pacto mafioso entre chefs y pizzeros para guardar el secreto: no es creíble que tipos que se pasan el día cocinando no descubran la forma de lograr una pizza como la gente, esto es, una pizza como la que comprás en la pizzería.
Si digo que es muy fácil me quedo corto, porque es la receta más fisura que se pueda imaginar ¿notaron cómo los pizzeros son casi siempre unos atorrantes, vagos, gente de avería, todo lo contrario al espíritu del esfuerzo?
Uno ve a los cocineros que se rompen el lomo haciendo la salsa, saltando cebolla, condimentando, haciendo firuletes con la masa para que la proteína se despliegue y sarasa: sacan unas tortillas que dan pena. Y con pena quiero decir vergüenza ajena.
El Tao de la pizza es "menos es más".
Sobre todo menos apuro, los cocineros, hijos de la administración de empresas, miden todo en términos de cuánto les lleva preparar cada plato. Eso los mata: para hacer pizza hay que empezar seis horas antes, por lo menos.
Los secretos son ínfimos: poner la sal abajo de la harina y la levadura arriba, para que no se mezclen.
No le pongan aceite a la masa, no hace falta, sólo agua tibia.
Tampoco hace falta hacer "arrancar" la levadura: amasen todo junto hasta que esté parejo.
Y esperen.
Cada tanto amasen de nuevo, sólo para plegar la masa y hacer que se distribuya bien la levadura que se va reproduciendo a medida que come.
Estiren la masa en la pizzera con tiempo para que siga levando mínimo una hora antes de meterla al horno.
La salsa es sólo tomate de lata, ajo, orégano, ají molido, un chorrito de aceite de oliva y ajo.
Si no les gusta el ajo, no merecen comer pizza.
Primer golpe de horno con la salsa sobre la masa cruda, afuera, muzarella (la calidad de la muza es el 80% de la pizza), y al horno de nuevo.
Ahí está, si me pasa algo se confirmará el pacto mafioso de las pizzerías.

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